- Desde el Observatorio de Liderazgo en Empresa dirigido por Sílvia Cópulo se han presentado las conclusiones de una investigación para conocer la opinión de directivos y directivas sobre los cambios que la situación que vivimos reclama en los liderazgos.
Las mujeres lideran mejor los equipos humanos en las empresas durante esta larga época crisis sanitaria, económica, social y humana que nos ha comportado la covid-19. Así lo apunta una investigacións de la Cátedra de Liderazgo en la Empresa de la UPF-BSM que se ha presentado a Foment del Treball, en el marco de su Foro RRHH. Un estudio que tiene por objetivo conocer la opinión de directivos y directivas (de manera paritaria) sobre los cambios de todo tipo en el liderazgo que la situación que vivimos nos reclama. Y esta es una de las conclusiones más importantes, que las directivas lideran mejor. Lo dicen mayoritaria los hombres (con el 80% de los encuestados) y de manera unánime las mujeres.
El secretario general de la patronal, David Tornos, ha querido remarcar en la presentación de la jornada, el hecho de que en muchas conversaciones entre empresarios una de las palabras más referenciadas es el cansancio, «cansancio físico, psíquico, cansancio de la pandemia, y en definitiva de las afectaciones en el estado anímico de las personas, con todas las consecuencias que esto puede tener a nivel laboral». Por eso, Tornos ha añadido que «se debe seguir trabajando en investigaciones como estas que nos aportan una aproximación científica con datos sobre los cambios que se están produciendo -y en este sentido, ha citado las palabras de Ortega y Gasset en una de sus obras-, porque toda realidad ignorada prepara su venganza». También ha subrayado la necesidad de contar con más formación en liderazgo.
En cuanto a por qué ellas lideran mejor, Sílvia Cóppulo señala que «la explicación hay que buscarla en la capacidad de resiliencia y de persistencia que, necesariamente, tienen que tener las mujeres que llegan a ocupar lugares de responsabilidad. Están acostumbradas a luchar contra todo tipo de elementos y a no desistir buscando fórmulas creativas para superar las adversidades. Otra cosa será la trampa del glass cliff; es decir, el precipicio de vidrio. Se las pone delante para capear los temporales y se las echa montaña abajo para que se precipiten hacía la base cuando ya han hecho bien el trabajo y llegan los buenos tiempos».
En su exposición ha explicado que cohesionar los equipos y comprometerlos, a la vez que tener eficacia en la organización y en la operativa del trabajo, son dos objetivos que ahora se valoran por encima de obtener unos resultados excelentes, porque la crisis los hace prácticamente imposibles de lograr. Con buena capacidad de interrelación personal y de control e inteligencia emocional, «ahora hay que saber escuchar activamente las personas, hacerlas sentir formar parte de un grupo humano que hace piña y salir adelante. Tanto si se trabaja presencialmente como en remoto». Es lo que dicen las personas encuestadas (una muestra de 157 directivos y directivas). Más activamente que antes de la pandemia y llevando a cabo las cosas de diferente manera, aunque no hayan recibido una formación específica para hacerlo. «Formación que reclaman en la universidad con el apoyo de la Generalitat y del gobierno español, especialmente», reclama Cóppulo.
Teletrabajo puede ser una trampa para las mujeres
Otra de las conclusiones del informe que más sorprende es que, al pedir si el teletrabajo tiene más ventajas o más inconvenientes, los hombres ven más inconvenientes y, las mujeres, más ventajas. Según Cóppulo, porque ellas sienten de manera superior la responsabilidad de hacerse cargo de la cura de la familia y del hogar, y el teletrabajo se lo permite. «A los hombres, quedarse en casa a trabajar les hace enfrentar la realidad personal que se cuece. Pero si ponemos atención: cuando las medidas restrictivas por el elevado número de contagios se relajan, ellos tienden a salir deprisa hacia la oficina, y ellas pueden caer en la tentación de querer quedarse a casa para trabajar. Consecuencia? Ellas no serán en el despacho cuando se hable de promoción al trabajo; ellas no formarán parte de los encuentros informales donde se genera confianza y se acuerdan decisiones, entre mesas, cerca de la máquina de café. El teletrabajo se debe poder combinar con la presencialidad tanto por hombres como por mujeres o la cura contra la desigualdad correrá atrás. Quedarse a casa siempre puede ser una trampa, advierte la autora del estudio.
La miembro de la Junta Directiva del Foro RRHH y Meeting Leader de la sesión, Isabel Salas, ha cerrado la presentación con la idea de que «el mundo necesita otro tipo de liderazgo que no se basa en una cuestión biológica, sino en desplegar las competencias que ahora y siempre tienen que ser necesarias para avanzar hacia el progreso social: colaboración, entrega, resistencia escucha, empatía, comunicación, relación… son algunos de los esenciales que tiene que cumplir un buen líder».
Desconectar los dispositivos digitales
Finalmente Cóppulo ha anunciado el foco de la investigación que próximamente emprenderá su equipo, donde se cuestionarán el descanso y la desconexión de los directivos y directivas. «Son capaces de desconectar digitalmente a los anocheceres y los fines de semana, o bien ¿envían y reciben mensajes a todas horas sin cesar? Ya los puedo asegurar que, aquí, quienes más quienes menos se confiesa torpe. No desconectamos digitalmente y no tenemos presente que, para trabajar bien, se tiene que descansar bien».
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