El 2015 arranca con buenas perspectivas para la economía –la global y, muy particularmente, la española y catalana– y abre un período en el que se consolidará el cambio de tendencia observado el año pasado. Todas las previsiones confirman para España un crecimiento por encima de la media de la zona euro. A parte del cambio de tendencia ya apuntado en meses anteriores, factores adicionales contribuirán a este mayor crecimiento: factores como la reducción del precio del petróleo, las nuevas inyecciones de liquidez por parte del BCE, el cambio incipiente de tendencia del sector de la construcción, la depreciación del euro respecto al dólar o el impulso derivado de la reforma fiscal que ya se aplica en 2015. En el Informe de Coyuntura correspondiente al mes de marzo de 2015, Foment revisa los principales indicadores la economía catalana, española y europea.
PIB catalán: ralentización en 2014 y mayor impulso en 2015
La economía catalana presentó un menor crecimiento que el global de la española en los últimos trimestres de 2014. Durante el cuarto trimestre, la economía catalana creció un 0,4% en términos intertrimestrales y un 1,5% en relación a igual período del 2013, lo que representa un aumento del ritmo de expansión respecto al tercer trimestre. No obstante, al comparar con la evolución del PIB de España, se constata que el PIB en Cataluña creció a un ritmo más moderado hacia finales del 2014. Se aprecia en los últimos meses, el efecto del mayor repunte del sector de la construcción en el global de España y una atenuación del dinamismo de servicios e industria en Catalunya.
No obstante, a lo largo de este 2015, el PIB de Cataluña podría crecer con más fuerza que la media española, ya que su alto grado de apertura le permitirá favorecerse en mayor medida de la recuperación en Europa.
Cambios positivos a corto plazo
Si bien los efectos de la crisis tardarán en recomponerse totalmente, en el corto plazo ya se registran cambios positivos y en la dirección correcta: el empleo creció y se redujo el paro; se produjo una aceleración del ritmo de crecimiento del PIB con el impulso de la demanda interna; se mantuvo el tono positivo de la industria y los servicios y, especialmente, culminó la contracción del sector de la construcción; y las exportaciones y llegada de turistas registraron una evolución muy favorable.
Asimismo, hay que señalar que en Cataluña y España continuará la recuperación en un entorno caracterizado por una mejoría de la actividad económica global, pero con mayor incertidumbre, sobre todo en el ámbito político y en la dificultad de disponer de gobiernos estables y fuertes que puedan continuar con el necesario proceso de reformas estructurales.
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