Foment del Treball organiza, conjuntamente con el ICEX, la jornada Mujer emprendedora e internacionalización para abordar la brecha de género, en relación al actual contexto imparable de globalizació y aceleració del cambio tecnológico. La principal conclusión que se ha extraído de la sesión es que a pesar de que el porcentaje de emprendedoras se acerca al de emprendedores, todavía persisten muchos condicionantes sociales, formativos y profesionales que hacen que las mujeres tengan negocios más pequeños, con menos capacidad financiera y, en consecuencia, menos ambiciones exportadoras.
La vicepresidenta de la patronal, Virginia Guinda, ha inaugurado el acto repasando los principales hitos conseguidos en la lucha por la igualdad de género en los últimos 30 años, pero ha advertido que la presencia de las mujeres en el mercado laboral todavía muestra estadísticas inferiores a las de los hombres: su tasa de actividad es inferior, tienen poca presencia en actividades económicas y profesionales, las condiciones salariales son peores (ganan un 12,7% menos por hora que los hombres en todas las ramas de actividad), la tasas de precariedad son más altas, afrontan más dificultades para acceder a lugares de responsabilidad y participan menos en el tejido empresarial.
“Es necesario continuar fomentando el espíritu empresarial de las mujeres en todos los ámbitos, pero especialmente en la esfera científica y tecnológica. Ser capaces de crear un modelo que integre la perspectiva de género en los procesos de transferencia de conocimiento y en la creación de empresas de base tecnológica, apostando para incrementar la participación de las mujeres en sectores de alto valor añadido”, ha expresado la vicepresidenta de Foment.
Principales obstaculos a la hora de emprender e internacionalizar
Según el informe GEM 2017-2018, los emprendedores en fase inicial son el 55,1% del total, frente al 44,9% de emprendedoras. Pero una mirada más detallada muestra que las mujeres están al frente de los proyectos empresariales de menor medida y, por lo tanto, tienen menos opciones de salir al exterior. De hecho, el 80% de las empresarias ni siquiera se plantean la posibilidad de internacionalizar su negocio. Según las expertas, una de las grandes dificultades para analizar las diferencias de género en la internacionalización de los negocios es la carencia de estadísticas diferenciadas disponibles, pero el análisis de datos genéricos permite extraer primeras conclusiones. “Las startups tecnológicas suelen ser las empresas que acaban internacionalizando sus productos y hay muy poca presencia de mujeres emprendedoras en este sector”, analiza la presidenta de la Comisión Laboral y de Recursos Humanos de Foment del Treball, María Ángeles Tejada.
Por su parte, la directora general de Comercio e Inversiones del Ministerio de Industria, María Paz Ramos, expone que “el 80% de los bienes importados y exportados en el mundo pertenecen en el mundo industrial, y la mayoría tienen un componente tecnológico altísimo”. Un sector en que las mujeres están claramente infrarrepresentadas. De hecho, en la actualidad las mujeres solo representan el 13% de los estudiantes en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). La presidenta de la Comisión de Igualdad de Foment, Francina Valls, identifica algunas de las causas de esta carencia de mujeres interesadas en las carreras STEM: “Existen todo tipo de condicionantes y barreras sociales que empiezan en la educación escolar, donde se establecen los roles y los gustos de los niños y niñas, por lo cual necesitamos sistematizar nuevos modelos formativos que enseñen que todos podemos hacer toda clase de trabajos”.
La directora de desarrollo de negocio para la incubadora de alta tecnología 3D Factory del Consocio de la Zona franca de Barcelona y Leitat, Aintzane Arbide, reflexiona sobre por qué no preocupa el hecho que los hombres tengan poca inclinación por las carreras sociológicas, mientras que la obstinación solo rae al incentivar las disciplinas STEM en las mujeres. Según la experta, parte de la solución para equilibrar la balanza en este aspecto se puede encontrar al actuar en ambas direcciones.
Coincide en el diagnóstico la secretaria general de la Federación de Asociaciones de Empresarias del Mediterráneo (Afaemme), Beatriz Fernández: “A los hombres se los presupone este espíritu emprendedor, pero las mujeres nos sentimos solas cuando lo hacemos, y esto se explica por el rol histórico que se nos atribuye, que nos limita a la hora de emprender y de internacionalizar nuestros negocios”. En este sentido, Fernández reivindica la creación de redes de apoyo entre mujeres empresarias: “El networking sirve para posarnos en contacto, establecer alianzas y, sobre todo, ganar esta seguridad que muchas veces nos carece”.
El debate sobre el acceso al financiamiento y la discriminación positiva
En el caso del acceso a la financiación, en cuanto a las stratups, Valls destaca que uno de los elementos que más valoran los inversores a la hora de apostar por una nueva empresa es la diversidad de género, disciplina y talento que presenta. En cuanto a la aportación de microcréditos, también es un factor a favor de las emprendedoras, mientras que a la hora de recibir grandes cantidades, las cifras parecen mostrar que las entidades confían más en los hombres, quizás porque las empresas lideradas por mujeres son más pequeñas en general, considera Fernández.
Además de la educación, las carreras escogidas y los condicionantes de género a la hora de crecer, las expertas apuntan un último elemento clave a la hora de crear proyectos con aspiraciones internacionales: “Un determinante importante porque las emprendedoras lleven sus negocios al exterior es haber ocupado previamente lugares de responsabilidad en empresas con presencia internacional y, para conseguirlo, hace falta que haya posibilitados de promoción en estas organizaciones”, indica Tejada, que considera que los hombres “se mueven como un lobby para darse a conocer y ocupar estas posiciones, mientras que las mujeres hemos estado invisibles muchos años”.
Una de las medidas correctoras más populares para conseguir la igualdad de género en lugares de responsabilidad es la discriminación positiva. Valls manifiesta sus dudas y aboga para trabajar para hacerse visibles dentro de las organizaciones: “Me molestaría llegar a un lugar de responsabilidad por el simple hecho de ser mujer, cosa por la cual creo que nos tenemos que preguntar por qué no llegamos a ciertas posiciones si no nos falta cabe capacidad; por qué no nos ven y solucionarlo”. Comparte la visión Tejada, que resalta la ínfima presencia femenina en los programas de internacionalización existentes: “Antes de pensar en ofertas empresariales y de exportación propios para mujeres tendríamos que plantearnos por qué no utilizamos los que ya existen”.
Finalmente, las expertas coinciden en que para seguir avanzando hace falta que administraciones públicas, empresas y, sobre todo, sociedad prioricen todavía más el impulso de una mayor participación de la mujer en el ámbito laboral y emprendedor.
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