La Comisión de Turismo de Foment del Treball ha analizado con profundidad y consensuado el modelo turístico que defendemos para la ciudad Barcelona. Administraciones y sector privado estamos de acuerdo en que queremos tener un modelo más descentralizado de turismo, potenciar aquel turismo de mayor valor añadido como el de congresos, ferias, cultura, familia, deporte; que sea cívico y respete las normas de nuestra ciudad, y obviamente con una transición hacía la sostenibilidad.
Estamos cansados de debates poco profundos y de mantras que se han generado que son totalmente falsos.
La última ocurrencia de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es querer limitar los cruceros en nuestro puerto porque generan polución y molestias a la ciudad.
Respecto a la contaminación, las navieras y el puerto están trabajando para reducir dicho impacto hasta conseguir que en unos años sea neutro en carbono, con el uso de combustibles menos contaminantes, de baterías eléctricas cuando se acercan a puerto, o con la electrificación de los muelles, de manera que cuando estén atracados no emitan emisiones. Además, un estudio de la Universitat Rovira i Virgili cifra en un 3% el peso máximo de las emisiones globales del área metropolitana.
Barcelona tiene la suerte de ser puerto de inicio o destino de muchos cruceros, lo que supone el 60% del total de cruceros que amarran en la ciudad. Muchos de sus usuarios aprovechan el viaje para, antes de zarpar o al desembarcar, pernoctar varios días en nuestra ciudad. El perfil de estos turistas tiene, en general, un alto poder adquisitivo y su consumo de bienes y servicios en comercios, restaurantes, hoteles o transporte, entre otros, genera una riqueza y un dinamismo para la economía de la ciudad y de su área metropolitana.
Muchos pequeños y grandes empresarios del sector también somos ciudadanos de Barcelona y queremos lo mejor para nuestra ciudad y para sus ciudadanos. Queremos que se generen más puestos de trabajo, que se distribuya la riqueza, que disminuyan las desigualdades sociales, que la calidad del aire sea la óptima para nuestra salud… Por eso sabemos que las recetas que propone la alcaldesa de Barcelona no van en esa dirección. El decrecimiento ataca frontalmente al estado del bienestar y a la distribución de la riqueza.
Si queremos incrementar sueldos en el sector es esencial que vengan turistas y no al revés. Así que manifestamos nuevamente que se deje de utilizar políticamente al sector, que no caigamos en contradicciones respecto a los retos consensuados, y admitamos que somos una ciudad turística, y que es uno de los sectores que compite en los rankings mundiales con otras ciudades de gran envergadura.
Gestionemos este éxito de una manera constructiva y trabajemos en aquellos aspectos que podamos mejorar, siempre conjuntamente de la mano de las administraciones y el sector, que es como se encuentran las mejores soluciones.
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