- Aunque la inflación repunte puntualmente en abril, por ejemplo, la evolución tendencial indica una considerable disminución desde su punto máximo en julio del año pasado.
- En estos meses se produce un efecto base muy relevante ya que en el mismo período de 2022 se registró un salto importante en el nivel de precios después de que comenzara la guerra en Ucrania.
El IPC de mayo registró una variación anual de 3,2%, en España y Cataluña, lo que implica un aumento moderado respecto a la inflación de abril, que fue de 4,1% y 3,9%, respectivamente.
En este sentido, es importante destacar que en estos meses se produce un efecto base muy relevante en la medición de la inflación ya que en el mismo período de 2022 cuando este indicador registró un salto importante en el nivel de precios después de que comenzara la guerra en Ucrania. De esta forma, aunque la inflación repunte puntualmente en abril, por ejemplo, la evolución tendencial indica una considerable disminución desde su punto máximo en julio del año pasado.
En la inflación de mayo destacan, como principal influencia a la baja en el IPC del conjunto de España, el menor descenso de los precios de transporte (-3,7%) y la moderación del aumento de alimentos y bebidas no alcohólicas (+12,0%).
Es importante señalar que, en tasa mensual, el IPC se mantuvo estable respecto al mes de abril, frente a tres incrementos consecutivos de los meses anteriores.
Por otra parte, la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) volvió a disminuir, casi un punto y medio desde el pico, pasando del 7,6% en febrero al 6,1% en mayo. Por lo tanto, se comienza a observar, con el rezago que ya anunciábamos en notas anteriores, que la inflación subyacente también cede y presenta un menor ritmo de avance al de los meses precedentes.
Asimismo, el indicador de inflación armonizado (IPCA) –que permite realizar una comparación con la evolución de los precios en la Eurozona– se situó en el 2,9%, la mitad que la inflación de la Unión Monetaria (+6,1%).
Desde el mes de marzo de 2021 hasta agosto de 2022, la inflación en España fue superior a la de la zona euro, lo que implicaba un detrimento en términos de competitividad para la economía española, pero desde agosto del año pasado esta tendencia se ha revertido y se mantiene actualmente.
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