Vivimos en un entorno en constante evolución, donde las amenazas son cada vez más complejas y globales. El modelo tradicional de seguridad, centrado en la vigilancia física, ha llegado a un punto de inflexión. Charlamos con Maximiliano Llobet, gerente de EULEN Seguridad, sobre por qué ha llegado el momento de transformar profundamente el enfoque de la protección en las empresas.
¿Hacía dónde se dirige la transformación del modelo tradicional de seguridad?
Impulsa el cambio constante ante la aceleración de las amenazas. Ya no basta con reaccionar ante los incidentes: necesitamos anticiparnos. Por eso, la transformación de la seguridad ya no es una opción, sino una necesidad estratégica, especialmente para las pymes. Las amenazas actuales son dinámicas y exigen un enfoque predictivo e integrado.
¿Qué tipo de amenazas están marcando este nuevo escenario?
Los ciberataques, cada vez más frecuentes y sofisticados, son uno de los principales desafíos. Pero también lo es el creciente marco normativo, como la Directiva europea NIS2, que obliga a contemplar los riesgos cibernéticos a lo largo de toda la cadena de suministro. Esto hace imprescindible superar la división entre seguridad física y digital.
¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías en esta transformación?
Un papel clave. Tecnologías como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas (IoT), la analítica predictiva o la vigilancia inteligente permiten detectar, anticipar y neutralizar amenazas de forma proactiva. Esto no solo incrementa la eficiencia operativa, sino que mejora la protección global de la organización.
Más allá de la tecnología, ¿qué otros factores empujan a este cambio?
La necesidad de optimizar costes operativos (OPEX) y rentabilizar las inversiones (CAPEX). El modelo tradicional, basado en la presencia continua de personal de vigilancia, se vuelve cada vez más costoso e insostenible. A esto se suma un contexto laboral complejo, con plantillas envejecidas, baja atracción del sector y dificultades para la conciliación.
¿Qué deberían cambiar las empresas especializadas en seguridad?
Deben dejar de ser simples proveedores de horas presenciales para convertirse en socios estratégicos. Su función ahora es diseñar soluciones integrales, que combinen la protección física y digital, y que estén alineadas con los objetivos del negocio.
Uno de los grandes retos parece ser acercar estas soluciones a las pymes. ¿Es posible?
Totalmente. Aunque muchas pymes perciben la ciberseguridad como algo caro o inaccesible, existen soluciones económicas, escalables y fáciles de implementar. Es fundamental romper ese prejuicio, porque estas herramientas permiten cumplir con las nuevas exigencias normativas sin grandes inversiones.
¿Cómo se concretan estas soluciones integrales en la práctica?
A través de plataformas unificadas que permiten gestionar, desde una única interfaz, cámaras inteligentes, accesos biométricos, alarmas y sistemas de monitorización de red. También mediante vigilancia remota, monitorización virtual y respuestas automatizadas, como drones o sistemas inteligentes. Todo ello reduce el coste operativo y mejora la capacidad de reacción ante incidentes.
¿Qué mensaje les trasladaría a los líderes empresariales ante esta transformación?
Que es el momento de actuar. La seguridad debe dejar de verse como un gasto y pasar a ser un valor estratégico. Transformar el modelo tradicional por uno integral, predictivo y tecnológico permite proteger mejor a las personas, los activos y la información, al tiempo que se mejora la eficiencia y se garantiza la continuidad del negocio.
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