En el contexto económico actual sigue prevaleciendo el gran nivel de incertidumbre en relación con la economía y los principales elementos que han afectado a su evolución como pueden ser, la guerra en Ucrania, los problemas logísticos y de abastecimiento, los precios de la energía y la calibración de la respuesta de política económica para hacer frente al fuerte incremento del coste de vida y de los costes de producción.
En este sentido, todas las previsiones para 2023 se han ido recortando a lo largo del año, para terminar en estimaciones muy magras respecto a lo inicialmente estimado, con una tendencia marcada a la moderación. En este sentido, la Comisión prevé un crecimiento del PIB de 3,3% en la UE y de 3,2% en la zona euro para este año, y de 0,3% en ambos casos para 2023. Particularmente, para el último trimestre del año anuncia una contracción de -0,5%, y de -0,1% para el primer trimestre del próximo año en la UE. Sobre la evolución de los precios, por ejemplo, el FMI prevé un nivel de 8,8% en 2022, para bajar hasta el 6,5% en 2023 y 4,1% en 2024.