El IPC vuelve a subir en agosto a ritmo elevado, con una variación anual de 3,3% (3,1% en Cataluña), superior a la de los meses anteriores, y la más elevada desde febrero de 2017. La variación mensual, es decir, de agosto respecto a julio, es de 0,5%, un repunte frente a la contracción del mes de julio (-0.8%).
Destaca, como principal influencia al alza en la variación anual, el incremento de los precios de vivienda por el aumento de la electricidad, así como el incremento de alimentos y bebidas no alcohólicas y transporte.
Se mantiene la máxima divergencia entre la inflación general y la subyacente
Por otra parte, la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) se situó en el 0,8% en agosto, dos puntos y medio por debajo del índice general.
El ritmo de crecimiento de los precios, al considerar la energía, por ejemplo, es mucho mayor que si se eliminan estas influencias. Por ello, es de prever, que a medida que se vaya disipando del efecto escalón que surge de la comparación con el año 2020 a medida que la economía se va recuperando en el 2021, las tasas de variación de los precios se ajusten en niveles más bajos.
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