Mientras el proceso de vacunación de la población continúa avanzando, las empresas catalanas esperan el fin de las restricciones a la actividad con el objetivo de iniciar la recuperación y poder así volver a generar riqueza y crear puestos de trabajo. El 14 de febrero celebramos las elecciones en el Parlamento de Cataluña, pero todavía no se ha constituido el nuevo gobierno que tiene que asumir la responsabilidad de salir adelante la nueva legislatura. Foment y PIMEC queremos que, en estos momentos trascendentales, la vida política en Cataluña coja la velocidad de crucero que la situación económica requiere.
Las economías progresan si el tejido productivo genera actividad y crea ocupación con salarios dignos. Solo de este modo es posible contribuir con los impuestos que permiten las mejores políticas públicas y la evolución del estado del bienestar y la prosperidad de los ciudadanos.
Mientras nuestro tejido productivo pierde poco a poco competitividad, y asistimos incluso al cierre y desaparición de empresas y autónomos, en Cataluña seguimos sin Gobierno. Después del fracaso de las negociaciones políticas para hacerlo posible, hasta el momento tampoco se avanza en la redacción de los presupuestos de la Generalitat de Cataluña, que son el instrumento esencial para la gestión de la economía de cualquier país. Ante una situación de crisis sanitaria y económica sin precedentes, en tiempos de paz son necesarios unos presupuestos que den respuesta a los ciudadanos, y que hagan viable afrontar las dos prioridades: la salud de las personas y la recuperación de la economía. Cataluña necesita un Gobierno estable, con capacidad de generar los acuerdos necesarios para aprobar un Presupuesto que dé futuro a los ciudadanos de nuestro país y que dé confianza en momentos de tanta incertidumbre.
Es urgente formar el gobierno que Cataluña necesita, un gobierno operativo que lidere un proyecto de presupuestos que contemple con toda su dimensión los estragos de la pandemia. Dilatar más esta situación de interinidad es una grave irresponsabilidad a la cual hay que poner fin. Un gobierno que impulse medidas y ayudas directas a las empresas y que dé el ofrecimiento del mundo empresarial para acelerar el proceso de vacunación y dejar atrás esta oscura etapa, garantizando la continuidad de la actividad empresarial con las máximas garantías para la salud de las personas.
Ahora que las Comunidades Autónomas tienen en sus manos la posibilidad de ampliar las ayudas a los sectores que habían quedado excluidos de las ayudas directas, pedimos al futuro Gobierno que no deje nadie atrás y que tenga también en cuenta todas las actividades de la cadena de valor. Para poder tramitar este y otros acuerdos con la máxima urgencia, es necesaria la formación del nuevo Gobierno.
Es prioritaria también una gestión rigurosa, transparente y justa de los fondos europeos Next Generation EU, los cuales suponen una gran oportunidad que tenemos que saber aprovechar en beneficio de nuestra economía, impulsando proyectos empresariales ambiciosos e innovadores que ayudarán a dar pasas adelante hacia la reactivación y la recuperación económica.
Fomento y PIMEC queremos destacar también la necesidad otras medidas que reivindicamos para el tejido productivo desde antes de la repentina irrupción de la pandemia. Cataluña tiene que ser un destino atractivo para la actividad empresarial, las inversiones, la investigación y el conocimiento. Y esto solo es posible si ofrecemos incentivos. Una fiscalidad competitiva y una política energética que no penalice a la industria, a los empresarios, a los profesionales y a los inversores.
Así mismo, se tienen que mejorar las políticas activas y pasivas de ocupación y adaptar la Formación Profesional a las exigencias y la demanda del mercado de trabajo, reconociendo las empresas como agente formativo principal y fundamental. Y, entre otras muchas cuestiones, también urge dotar de conectividad todo el territorio y todos los polígonos, avanzar hacia la industria 4.0, promover más y mejor la implantación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. No podemos afrontar los retos sin hacer ahora las reformas globales y estructurales necesarias para encarar nuestro país los próximos años. Y esto sabemos que no es exigible solo en el Gobierno catalán, sino que interpela, también, el Gobierno del Estado.
Todo este contexto, además, exige un esfuerzo de recuperación de la normalidad social y política. Y esto pasa porque los gobiernos, todos, hagan el que hacemos las patronales y sindicatos cuando los conflictos nos ahogan: sentar, dialogar, negociar, y finalmente, pactar la solución más razonable por todo el mundo. Todos los espacios de resolución de conflictos son necesarios.
Las empresas no se rinden. Todo y las dificultades están adaptándose, transformando sus negocios y transitando la transformación en la nueva era tecnológica y digital. Todas ellas necesitan un Gobierno que los ayude a mejorar la competitividad y capacidad financiera, dando a un escenario de recuperación que solo será posible con un gobierno con sensibilidad empresarial y vocación de servicio público.
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