A pesar de los continuos esfuerzos en nuestro país por concebir el sistema de formación profesional con un enfoque integrador, tal como aconseja la Unión Europea, se está lejos de conseguirlo. Por ello, las tasas de desempleo juvenil se mantienen altas y el desempleo de larga duración se perpetúa. El problema de fondo de concebir el sistema de formación profesional de forma fragmentada al atender a la edad de los beneficiarios, a la relación de estos con el mercado laboral o a la Administración, a quien le corresponde la competencia en cada caso, es la ineficacia del propio sistema. El sistema de formación profesional se organiza como un paso previo al trabajo.
El requisito sine qua non para conseguir su eficacia es que emane de las empresas, del propio mercado laboral. Son las empresas las que pueden determinar cuáles son sus necesidades reales de formación y qué competencias deben adquirir los futuros profesionales.
La formación profesional dual es una modalidad de oferta diferente que cubre defectos del sistema y consigue, por su propia naturaleza, el acercamiento entre el sistema de formación profesional y las empresas. Resuelve temporalmente problemas del sistema de formación profesional que tendrían que abordarse de forma más decidida. Los esfuerzos que se lleven a cabo en la formación profesional dual deberían ser para que su implantación fuera de calidad, atendiendo sobre todo a sus resultados cualitativos, sin desmerecer los cuantitativos.
Comments are closed.