Foment del Treball muestra su preocupación por el empeoramiento del nivel de competitividad de la economia catalana, que en el Índice 2016 de competitividad regional de la UE publicado hace unos días, baja del lugar 142º al 153º (de un total de 263). Además, en términos de renta per cápita, en paridad de poder de compra, Catalunya se sitúa en la posición 78 de las 263 regiones europeas. En este contexto, la patronal catalana considera que resulta imprescindible dotar de mayores recursos las políticas de infraestructuras, innovación tecnológica, y de formación permanente y de reducción del abandono prematuro de los estudios, así como mejorar los cuestiones de ámbito institucional.
En el Índice 2016 de competitividad regional de la UE, la primera posición de una Comunidad Autónoma de España correspondió a la Comunidad Autónoma de Madrid, que se situó en el 2016 en la posición 83ª, aun y empeorando también su posición con respecto al 2013 en el que fue la 57ª. En términos de renta per cápita, en paridad de poder de compra, la C.A. de Madrid se sitúa en la posición 42ª de las 263 regiones europeas.
El informe, mediante el análisis de 74 indicadores agrupados en 3 ámbitos (básico, de eficiencia e innovación), pretende medir la capacidad para ofrecer un entorno atractivo para las empresas, y también para los ciudadanos, ya sea para vivir o trabajar.
Foment del Treball insiste en que ante la globalización no compiten países sino territorios, y eso se constata cuando la Comisión Europea nuevamente en el informe de 2016 destacan las regiones del centro y norte de Europa, además de la que poseen la capitalidad de un país. De ahí que se haya querido valorar la posición competitiva de la economia catalana con respecto a la madrileña, que la UE sitúa en el primer lugar dentro del Estado Español.
Con respecto al primer eje, referido al ámbito básico y en el que se contienen dos indicadores de ámbito estatal (educación básica y estabilidad macroeconómica) que son iguales para ambas, se constata una posición peor de Catalunya en Instituciones, que analiza indicadores de corrupción, calidad y rendición de cuentas e imparcialidad a nivel regional, y que se complementa con otros indicadores a nivel estatal como la calidad regulatoria, marco legal o la protección de la propiedad intelectual, entre otros. Asimismo, Catalunya también está en una peor posición en cuanto a infraestructuras, por lo cual nuevamente deben exigirse nuevas dotaciones de inversiones tanto por parte de la Generalitat de Catalunya, como por la del Estado. Tanto Catalunya como la C.A. de Madrid presentan resultados muy relevantes y positivos en Salud.
El segundo ámbito, referido a la eficiencia, destaca una posición muy desfavorable para Catalunya en Universidades y formación permanente, con la posición 193ª, frente a la posición 83ª de la C.A. de Madrid (entre otros indicadores se mide la accesibilidad a la universidades, el abandono prematuro de los estudios y la formación permanente). También resulta peor la posición sobre la eficiencia del mercado de trabajo, tanto para Madrid como para Catalunya, debido a los elevados niveles de paro, el elevado porcentaje de paro de larga duración o la baja tasa de empleo y la productividad laboral. Finalmente, sobre el tamaño del mercado, destaca Madrid en la posición 26ª, frente a Catalunya en la posición 110ª.
El tercer y último ámbito, que hace referencia a la innovación, la C.A. de Madrid se sitúa en la posición 57ª y Catalunya en la 138ª. Es donde resulta más destacada esa diferencia entre ambas comunidades.
Necesidad de articular una respuesta por parte de los responsables políticos
Por todo ello, el informe de la UE debe considerarse como una brújula, al permitir una comparación homogénea sobre el conjunto de las 263 regiones europeas, que debe marcarnos el norte a seguir: ignorarlo únicamente perpetuaría nuestros deberes en la mejora de la competitividad de la economia catalana, que entendemos que debe ser un eje prioritario de la política en nuestro país. Por todo ello, el informe para el año 2016 pone de manifiesto la necesidad de articular una respuesta por parte de los responsables políticos y el compromiso decidido para llevarlo a cabo.
Los agentes sociales, conjuntamente con los respectivos gobiernos, que han sido de diferente color político, hemos alcanzado acuerdos sociales de impulso de la competitividad como han sido los acuerdos estratégicos, o el dialeg social permanent, con la voluntad de mejorar la competitividad de Catalunya, que es la base para la mejora del empleo y de la cohesión social. Sin embargo, en muchos casos, las medidas pactadas no han llegado a implementarse en su totalidad.
Actualmente, mediante el Pacte més Industria esperamos que se adopten medidas que permitan la mejora de la competitividad de nuestra economia, que permitan un salto relevante en el ranking previsto para el año 2019, siempre y cuando se adopten las medidas y se las dote de contenido presupuestario.
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