- Se deben fortalecer los servicios de salud mental y de apoyo emocional para atender el impacto laboral y social de la COVID-19.
- Recuperar gradualmente la actividad ordinaria en los centros de salud y social, incorporando los nuevos modelos de atención, como la telemedicina.
- Desplegar un plan de acción de mejora del sector salud y social, a la vez que desarrollar un plan de equipaciones sanitarias y sociales que permitan un mejor aprovechamiento de la capacidad de alto valor añadido del sector.
- El compromiso social de la red concertada de excelencia y de proximidad territorial, la colaboración publicoprivada y la profesionalización de la gestión han permitido en Cataluña dar respuesta a la COVID-19 sin colapsar el sistema.
- Hace falta, pero, hacer frente a una asignatura pendiente, el modelo de atención sanitaria en las residencias.
- Hay que reconocer a los profesionales y gestores, su calidad técnica y humana.
Es el mejor momento para poner en valor el sector salud y social como sector estratégico de un país que quiere ser referente de progreso económico y de cohesión social, y que quiere avanzar hacia un nuevo modelo de economía productiva basada en organizaciones y empresas que atraen el capital conocimiento y que son motor de la innovación y la internacionalización (farmacéuticas, empresas de material y equipación sanitaria, de sistemas de información, biotech…). A la vez es un sector que garantiza la cohesión social y cuida la salud y el bienestar del principal activo del país, las personas. Por este motivo, Foment del Treball creó una Comisión de Atención a las Personas, Salud y Social (CAPSiS) con el objetivo de liderar las políticas de impulso y fomento del sector.
Las principales medidas, que ya se han avanzado en el Plan de Choque para reactivar la economía que ha presentado Foment del Treball, destacan la prioridad de la financiación del sector sanitario y salud ante el crecimiento de la demanda y para atender, también, las consecuencias de la pandemia que han impactado en la ciudadanía y en la actividad económica con muchas consecuencias emocionales y psicológicas.
La financiación
La mejora de la financiación de las políticas sociales está ligada a la mejora de la economía del país para generar ingresos y, por lo tanto, tiene que ser compatible con políticas fiscales y de inversión pública para mejorar la competitividad de las empresas, preservar y generar puestos de trabajo, exportaciones, y evitar el fraude fiscal. Contraponer competitividad empresarial y políticas sociales es un error. Todo lo contrario, con la pandemia del COVID-19, lo que justamente se ha posado de manifiesto es que ambas se necesitan.
En este contexto, y para situar al sector salud y social como sector estratégico para la recuperación social y económica, la Comisión de Atención a las Personas, Salud y Social de Foment del Treball propone:
- Garantizar la financiación del impacto de la atención a la COVID-19 a las entidades sanitarias y sociales para asegurar su viabilidad y, hacer frente a la nueva demanda, cumplir los compromisos de mejora de las condiciones laborales y hacer frente a las listas de espera acumulades.
- Mantener los marcos normativos de flexibilidad para la captación de profesionales y organización de trabajo para atender la doble demanda de prevención, atención y seguimiento de pacientes COVID-1, y a la vez de recuperación de la actividad ordinària.
- Fortalecer los servicios de salud mental y de apoyo emocional para atender el impacto laboral y social de la COVID-19.
- Garantizar el aprovisionamiento de material de protección y de test diagnósticos para profesionales y pacientes/residentes/ciudadanos para gestionar con seguridad el plan de desescalada.
- Atender las necesidades de mejora de las condiciones laborales de los profesionales sanitarios y de los profesionales del sector social, especialmente de las residencias de gente mayor y discapacitados.
- Extender, como mínimo hasta el 31 de diciembre, el tipo impositivo del 0% del IVA para la compra de material de protección y otro material y equipación vinculada a la COVID-19 y, su retroactividad desde el 1 de enero de 2020.
- Dotar de flexibilidad y cobertura a las organizaciones para incorporar los aprendizajes de los nuevos modelos de atención (desburocratizació, atención telemática….) con el objetivo de mejorar la accesibilidad y seguridad de la atención a las personas y garantizar la aportación de valor de los diferentes roles profesionales.
- Potenciar la industria local de aprovisionamiento de material y equipación sanitaria y de protección.
- Situar al sector de salud y social como sector prioritario de la investigación y la innovación del país.
- La integración sanitaria y social es esencial, y no por mucho que hablamos está resuelta. El abordaje de la atención sanitaria en las residencias requiere de una revisión urgente. Y poner en valor que el papel que estas, y el conjunto del sector social, tienen en la atención social a las personas es una prioridad.
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