Fecavem, UPM y Foment piden que ciudadanos y empresas catalanas titulares de vehículos no tengan que pagar el nuevo Impuesto de Emisiones de CO₂, un impuesto que no afecta a ninguno otra comunidad autónoma española.
En una carta conjunta de la Patronal Catalana de la Distribución de Automoción Fecavem, la Unión Patronal Metalúrgica UPM y Foment del Treball Nacional, las tres entidades han hecho llegar al Consell de Territorri i Sostenibilitat de la Generalitat de Cataluña, el Honorable Damià Calvet, la necesidad de dejar sin efecto hasta finalizar la pandemia y, como mínimo en 2023, el nuevo Impuesto que graba a los titulares de vehículos de tracción mecánica, para las emisiones de dióxido de carbono que generan.
Afirman que no es el momento de incrementar la presión fiscal mientras dura la crisis generada por la Covid. El motivo fundamental es que este nuevo ejercicio marcado por la evolución epidemiológica que empieza, no hace prever buenos escenarios a corto ni a medio plazo. Tampoco es el momento de introducir en este marco un nuevo impuesto que afecta a la ciudadanía en su conjunto y a las empresas, e incrementa la presión fiscal. Este aplazamiento que se propone no comporta ninguna exención, sino que se pospone su entrada en vigor, atendiendo a la gravedad social y económica vigente.
La recaudación que genera el nuevo impuesto no compensa el esfuerzo de los contribuyentes
A efectos recaudatorios, este nuevo impuesto no aporta una contribución significativa a las arcas de la Generalitat y lamentan que no se tenga en consideración el esfuerzo que supone a muchos ciudadanos y empresas afectados por expedientes de ocupación (ERTE), las restricciones y el endeudamiento que han sufrido para hacer frente. Por todo ello, no lo pueden asumir en estos momentos tan inciertos y complicados.
La automoción, comprometida en el objetivo de abordar el cambio climático
El sector manifiesta su compromiso para frenar el cambio climático y pide impulsar políticas verdes que aceleren la transformación del sector de la automoción hacia las bajas emisiones o cero y, sobre todo, mirar de recuperar la economía del país, todo esto sin ningunear a una de las principales ramas generadoras de actividad, exportación y ocupación como es la automoción, con un PIB estimado del en torno al 10%. El juego de equilibrios es difícil, pero hay que tener un orden de prioridades si queremos, entre todos, salir adelante.
Por otro lado, hasta el mes de mayo, la ciudadanía y las empresas no dispondrán del censo por saber este nuevo coste al que tendrán que hacer frente si, finalmente, no se replantea la situación. El desconcierto y las explicaciones algorítmicas que lo permitan entender son inexistentes.
Desde las tres patronales, se comprometen a suplir esta carencia de información puesto que estamos ante impuestos que pueden llegar alrededor de los 200 euros. Además, también hay que conocer las peculiaridades de cada caso. A modo de ejemplo, los vehículos antiguos y los que tengan el reconocimiento de clásicos han conseguido la bonificación del 100% como matrícula histórica que conservan
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