- El crecimiento del PIB de la economía española continuará manteniéndose muy por encima del crecimiento medio de Europa, aunque por debajo de su propio ritmo de expansión de los últimos cuatro años. El consenso de analistas y organismos sitúa el aumento del PIB de España entre el 2,1% -2,2% y para 2020 en el 1,9% -2,0%
- En el cuarto trimestre de 2018, la industria se contrajo, mientras que la construcción continuó con su fuerte ritmo de expansión a pesar moderarse, y el sector servicios repuntó tres décimas.
- Si se quiere dar un impulso adicional para el año 2019, hay que impulsar el sector de la construcción y del automóvil, que son los que han sufrido más intensamente la crisis y la disminución del ciclo, respectivamente
El crecimiento del PIB de la economía española continuará manteniéndose muy por encima del crecimiento medio de Europa, aunque por debajo de su propio ritmo de expansión de los últimos cuatro años. Para este año, el consenso de analistas y organismos sitúa el aumento del PIB de España entre el 2,1% -2,2% y para 2020 en el 1,9% -2,0%. En este contexto, se espera que la economía catalana recupere cierto dinamismo perdido durante este año, favorecida por la mejora prevista de las exportaciones de bienes y de la actividad industrial en los próximos años (BBVA, Observatorio Regional). Si se quiere dar un impulso adicional para el año 2019, hay que impulsar el sector de la construcción y del automóvil, que son los que han sufrido más intensamente la crisis y la disminución del ciclo, respectivamente. Estas son algunas de las conclusiones que muestra el último Informe de Coyuntura del Fomento, que han presentado el presidente de la Comisión de Economía y Fiscalidad de la patronal catalana, Valentí Pich, y el secretario general adjunto y director de Economía del Foment, Salvador Guillermo.
Según el Idescat, el PIB en el cuarto trimestre creció un 2,2%, frente al aumento del 2,5% del trimestre anterior, en Cataluña. El incremento intertrimestral se aceleró una décima, hasta el 0,6%. De esta forma, el crecimiento del 2018 en relación al 2017 fue del 2,6%, una décima más que el del conjunto de la economía española.
Según el avance de Contabilidad Nacional publicado el 31 de enero, el crecimiento del PIB de España se incrementó ligeramente en términos intertrimestrales, pasando del 0,6% en el tercer trimestre de 2018, al 0,7% en el cuarto. En tasa interanual, el crecimiento se mantuvo en el 2,4%. De esta forma, el PIB a precios corrientes ascendió a 1.206.878 millones de euros, un 2,5% superior al de 2017 en términos de volumen.
El crecimiento del PIB interanual, fue resultado únicamente de la contribución positiva de la demanda nacional (+2,7 puntos), ya que la demanda exterior registró una aportación negativa (-0,3 puntos). El gasto en consumo final aceleró su crecimiento debido tanto al mayor aumento del consumo de los hogares como del consumo público, que se incrementó con más intensidad. Por su parte, la formación bruta de capital fijo creció más que el PIB, pero moderándose respecto al trimestre anterior. A su vez, tanto las exportaciones como las importaciones de bienes y servicios aceleraron su ritmo de expansión. En particular, el gasto de no residentes en España subió, así como las exportaciones tanto de bienes como de servicios. En el caso de las importaciones, el mayor crecimiento de las de servicios compensó la moderación de las importaciones de bienes. Además, aumentó con más fuerza el gasto de residentes en el resto del mundo.
En definitiva, el consumo privado se mantiene como motor del crecimiento de la economía a pesar de la desaceleración registrada en 2018. En línea con la moderación del crecimiento económico y del comercio mundial, la inversión y el sector exterior también se desaceleran. El menor impulso de las exportaciones en relación a las importaciones es el que determina la aportación negativa del sector exterior al crecimiento del PIB.
Contracción de la industria
En los últimos datos que ha aportado en 2018, destacó la contracción de la industria, que partía de crecimientos elevados en el primer trimestre de 2018. Por el contrario, también destaca el avance potente de la construcción, aunque ha ido moderándose a lo largo del año. El sector servicios ha mantenido un crecimiento similar al del promedio de la economía en la primera mitad del año pasado, pero luego repuntó en la segunda mitad.
En relación a la evolución del VAB de la industria, hay que hacer una mención especial. En el primer trimestre de 2018, el sector registró unas tasas de crecimiento potentes -superiores a la del conjunto de la economía en el caso de Cataluña- que fueron perdiendo dinamismo hasta cerrar el año con caídas en la actividad. La industria en Cataluña se contrae con más intensidad que en el conjunto de España, dado que este sector representa un 19,7% del PIB, frente al 16,3% de España. Además, dos terceras partes de las ventas de la industria catalana se exportan. Esta evolución contractiva de la industria es lo que explica, en buena parte, que el crecimiento de la economía catalana en el último trimestre de 2018 haya sido menor que el de la media de España. Por otra parte, este fenómeno se observa también en las principales economías europeas, donde la industria tiene un peso relevante en el PIB, como puede ser en Alemania, Francia o Italia. En todos los casos, la actividad industrial ha ido perdiendo dinamismo a lo largo de 2018, con caídas de la producción industrial como nunca registradas en la última década.
También, en el presente informe de coyuntura, se hace un análisis concreto de 4 cuestiones como son tejido empresarial catalán, español y europeo, el top-50 de las empresas globales, la robotización en la industria manufacturera y los mecanismos de contención del déficit.
En este sentido destaca la importancia de disponer de empresas grandes y medianas, que en Europa representan el 33,7% y el 17% del PIB y son las que muestran una mayor productividad. También se señalan los cambios que ha experimentado en los últimos años el ranking Top-50 mundial de empresas, donde ya aparecen en las primeras posiciones las empresas globales tecnológicas, que redibujan el ranking, al igual que lo hacen las empresas chinas relevantes. En el caso del Top-35 español, destaca el liderazgo de la empresa global Inditex y, en gran parte, las mismas que ya estaban en los años 2010 y 200, con procesos de fusión y de nuevos operadores bursátiles, que no económicos, como por ejemplo Aena, Caixabank o Bankia.
Finalmente, también se destaca la fuerte implementación de robots en la economía española, lo que la hace líder en la UE, con una especial concentración en el sector manufacturero.
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