- Se recomienda priorizar las inversiones en infraestructuras digitales especialmente en zonas rurales, fomentar la colaboración público-privada y explorar tecnologías alternativas como las conexiones por satélite
- El Barcelonès refuerza su posición como comarca más competitiva de Cataluña en 2024
La Federación Empresarial del Gran Penedès (FEGP) ha presentado hoy en Foment del Treball la 20ª edición del Índice FEGP de Competitividad y Sostenibilidad Comarcal, centrándose este año en el papel fundamental de la digitalización como factor clave para la competitividad y el desarrollo económico de las comarcas catalanas.
El director del departamento de Estudios y Economía de Foment, Salvador Guillermo, la presidenta de FEGP, Neus Lloveras, y el redactor del proyecto y socio consultor de Activa Prospect, David Moreno, han participado en la presentación de las conclusiones de este monográfico que, este año, pone especial énfasis en la digitalización, destacando cómo esta facilita la creación de nuevos modelos de negocio, mejora la eficiencia operativa y abre el acceso a nuevos mercados. La cobertura de fibra óptica en Cataluña ha aumentado hasta el 96,2% de la población en 2022 (últimos datos publicados por el Ministerio para la Transformación Digital), con una mejora notable en las comarcas rurales, reduciendo la brecha digital respecto a las zonas urbanas. En cuanto al 5G, la cobertura ha pasado del 59,6% en 2021 al 82,6% en 2022, aunque todavía hay diferencias significativas entre las comarcas urbanas y rurales.
El informe destaca la correlación entre la infraestructura de telecomunicaciones y el desarrollo de servicios TIC, con comarcas como el Barcelonès liderando en densidad de servicios tecnológicos gracias a una cobertura casi total de fibra óptica. También subraya la importancia de la formación de la población, con comarcas más formadas como el Barcelonès y el Vallès Occidental mostrando una mayor capacidad para desarrollar actividades de alto valor tecnológico.
El Índice FEGP 2024 recomienda priorizar las inversiones en infraestructuras digitales, especialmente en zonas rurales, fomentar la colaboración público-privada y explorar tecnologías alternativas como las conexiones por satélite para asegurar una cobertura universal. También destaca la importancia de programas de formación continua en competencias digitales.
En resumen, la digitalización ha demostrado ser un factor clave para la competitividad comarcal, con las comarcas que han invertido en tecnología experimentando un crecimiento más rápido y una mayor resiliencia ante las crisis económicas.
El Barcelonès refuerza su posición como comarca más competitiva de Cataluña en 2024
El Barcelonès se mantiene como la comarca más competitiva de Cataluña gracias a su robusta estructura socioeconómica. Destaca por un mercado laboral sólido con alta participación y calidad del empleo, soportado por un sistema educativo excelente. La infraestructura de transporte y comunicaciones facilita la movilidad y la atracción de inversiones. A pesar de los progresos en sostenibilidad medioambiental, la gestión eficiente de los recursos y la disponibilidad limitada de suelo siguen siendo retos importantes. El ecosistema innovador del Barcelonès continúa atrayendo empresas y emprendedores, consolidando su posición de liderazgo económico.
El Vallès Occidental mantiene su competitividad con mejoras globales
El Vallès Occidental mantiene la segunda posición gracias a la disponibilidad de suelo, infraestructuras robustas y una fuerte base empresarial. A pesar de las mejoras, la sostenibilidad medioambiental y la necesidad de mejorar la conectividad global continúan siendo desafíos. La creación significativa de empleo en 2023 refleja una recuperación económica vigorosa.
El Baix Llobregat reduce la diferencia con el Vallès Occidental
El Baix Llobregat ha acortado la distancia con el Vallès Occidental gracias a mejoras en emprendimiento y empleo. Las infraestructuras de transporte, el acceso a los mercados y la disponibilidad de suelo son fortalezas clave que impulsan su competitividad. Sin embargo, la sostenibilidad medioambiental sigue siendo una debilidad significativa.
El Gironès mejora en sostenibilidad e innovación, pero retrocede en dinamismo económico
El Gironès ha hecho progresos en sostenibilidad medioambiental, conectividad e innovación, pero ha experimentado un retroceso en el dinamismo económico. La limitación de suelo disponible para actividades económicas sigue siendo un reto importante, limitando la expansión de nuevas empresas.
El Tarragonès destaca por las infraestructuras y la disponibilidad de suelo, pero afronta retos en sostenibilidad y empleo
El Tarragonès se destaca por sus infraestructuras de transporte y la gran disponibilidad de suelo para actividades económicas. A pesar de estos puntos fuertes, la sostenibilidad del modelo productivo y residencial, así como los altos niveles de desempleo, siguen siendo desafíos significativos que necesitan ser abordados para asegurar un desarrollo equilibrado.
El modelo de desarrollo y la gestión eficiente de los recursos, claves para la competitividad y sostenibilidad de las comarcas catalanas
La competitividad de los territorios depende de su capacidad para utilizar eficientemente los factores de producción y aprovechar las ventajas distributivas y la demanda. Las comarcas catalanas presentan diferentes niveles de competitividad y riqueza, fuertemente influenciados por su capacidad de gestionar eficientemente estos factores y de implementar modelos de desarrollo sostenibles. Según el Índice FEGP de competitividad, las comarcas con mejores condiciones tienden a obtener niveles más altos de renta.
Esta eficiencia debe ser lograda a través de un modelo de desarrollo sostenible, que garantice la sostenibilidad tanto social como medioambiental. Solo así se es capaz de crear un futuro próspero y duradero para las comarcas. Las comarcas con una orientación productiva, centradas en la producción de bienes y servicios intensivos en conocimiento y tecnología, son las que alcanzan niveles más elevados de riqueza y producción. Estas comarcas destacan por su eficiencia en el uso de los factores de producción y su capacidad para competir en mercados globales.
En cambio, las comarcas con una orientación más residencial se encuentran ante retos importantes. Su estructura económica se basa principalmente en ofrecer servicios y vivienda a la población trabajadora que se desplaza a otras comarcas para trabajar. Este modelo genera una elevada incidencia del desempleo y una baja participación en el empleo local. Esto se debe, en parte, a la falta de oportunidades laborales dentro de la misma comarca y a la dependencia de infraestructuras de movilidad que, si no son eficientes, pueden agravar estos problemas. Estas comarcas deben poner el foco en su principal activo: el capital humano. Incentivando la emergencia de actividades intensivas en conocimiento y tecnología, pueden revertir los desequilibrios existentes, reduciendo la incidencia del desempleo y aumentando la participación en el empleo. Además, es imprescindible mejorar las infraestructuras de movilidad para asegurar que los desplazamientos sean más eficientes, reduciendo así el tiempo y los costes asociados.
Las comarcas rurales presentan un panorama diverso. Algunas han logrado diversificar su economía, impulsando un proceso de industrialización y terciarización que ha permitido un crecimiento demográfico y económico. Estas comarcas han demostrado una gran capacidad para adaptarse y crecer, beneficiando a toda la población y mejorando la calidad de vida. Sin embargo, otras comarcas rurales continúan especializándose excesivamente en el sector primario y el turismo, lo que las hace más vulnerables. Esta especialización excesiva las afecta negativamente en términos de generación de oportunidades laborales, retención de talento y resiliencia económica.
La capacidad de cada comarca para lograr un modelo de desarrollo adecuado a sus características es clave para la generación de riqueza y bienestar y no siempre pasa por modelos de crecimiento exógeno. Así, la competitividad y la riqueza de las comarcas catalanas no solo dependen de la eficiencia en el uso de los factores de producción, sino también de la capacidad de cada comarca para establecer un modelo de desarrollo que responda a sus necesidades y potencialidades, asegurando la sostenibilidad y la equidad en su crecimiento.
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