- El proceso de reducción de la inflación se acompaña con una desaceleración económica, con previsiones de bajo crecimiento para el 2024
- El fuerte incremento de los tipos de interés explica la importante disminución del crédito tanto a empresas como familias
- Se dan ya pérdidas de competitividad vía precios (diferencial positivo de precios) que se agrava por el aumento de los costes laborales
- Continúa una demanda externa muy apática
- Preocupación por el fuerte aumento de la presión fiscal en el período 2019-2022, de 2,9 puntos de PIB, a diferencia de la Eurozona que fue de sólo 0,2 puntos de Debe modularse el déficit público pero sobre todo por el lado del gasto
La economía mundial se desacelera, especialmente la europea, con una fuerte moderación de los intercambios comerciales, tendencia que se refleja en las recientes correcciones a la baja de las previsiones de crecimiento para este año y el 2024. Esta es una de las consideraciones del Informe de Coyuntura Económica de Foment del Treball, que han presentado el presidente de la Comisión de Economía y Fiscalidad de Foment, Valentí Pich, y el director de Estudios y Economía de Foment, Salvador Guillermo.
En este contexto el informe indica que la política monetaria mantendrá los tipos de interés de referencia en niveles elevados a medida que se consolidan las expectativas de reducción de la inflación. Se espera que los tipos comiencen a reducirse en la segunda mitad de 2024.
Europa es la zona más afectada por el bajo crecimiento económico, mientras que EE. UU. y China muestran un perfil más dinámico en el tercer trimestre, aunque la economía asiática continúa presentando problemas en su sector inmobiliario.
Por otra parte, se contiene la inflación en Europa, con un registro de 2,4% en noviembre. Aunque las nuevas tensiones geopolíticas, en caso de aumentar, podrían presionar el precio del petróleo o presentar problemas en la logística internacional. No obstante, se espera un reunte puntual de la inflación algunos meses por efectos escalón.
La economía española modera muy suavemente el avance del empleo (0,4% 2T y 0,3% 3T) que mantiene aún un buen ritmo de crecimiento según la EPA, aunque más moderado según los datos de afiliación a la Seguridad Social.
En cuanto a las previsiones para España, la Comisión Europea proyecta que el crecimiento del PIB sea del 2,4% en 2023, del 1,7% en 2024 y del 2,0% en 2025. La inflación se moderaría este año (+3,6%) y en 2024 (+3,4%), para aproximarse al 2,0% en 2025 (+2,1%). Por su parte, el Banco de España estima que el PIB español crezca a tasas del 2,4%, del 1,6%, del 1,9% y del 1,7% en 2023, 2024, 2025 y 2026, respectivamente.
Cabe destacar, la pérdida de competitividad vía precios, ya que el IPC de España (+3,5%) supera el europeo (+2,9%), además de una reducción de la productividad que elevará los CLU.
En lo que a financiación del sector privado de la economía española se refiere, la destinada a hogares e ISFLSH se contrajo, nuevamente, en septiembre; un 2,0%, tendencia contractiva que se observa desde el mes de febrero. El crédito a la vivienda descendió un 3,1%, mientras que el destinado a consumo aumentó un 4,0%.
Por otra parte, en el caso de las sociedades no financieras, en septiembre, también se registró un descenso, el más elevado de los recientemente observados, de 4,2%, con caídas consecutivas desde el mes de diciembre de 2022.
Finalmente, es importante señalar que se ha de mejorar la sostenibilidad de las finanzas públicas. Hasta septiembre el déficit público de la Administración Central se ha situado en el 1,61% del PIB, frente al 1,29% de igual período de 2022. Las CC. AA. han mejorado su déficit y, por lo tanto, reducido el conjunto del consolidado al 1,56% en 2023, frente al 1,76% de los primeros nueve meses de 2022.
La expansión del gasto público debe moderarse, pues éste se ha financiado con un fuerte incremento de la presión fiscal en España. Así, desde 2019 a 2022 ha crecido 0,2 puntos del PIB en la UE, 0,5 puntos en la eurozona, mientras que, en España, ha sido de 2,9 puntos del PIB. Ese fuerte aumento de la presión fiscal se ha dado en la imposición sobre la renta (1,9 puntos del PIB) y, especialmente, en la imposición sobre sociedades, que ha aumentado en un 28,5% su peso sobre el PIB, y en el IRPF en un 15%.
Los ingresos públicos, en el 2023, han moderado fuertemente su crecimiento en el IRPF un 9,6% hasta octubre y el IVA 0,9%, y un 1,7% los impuestos especiales. El total de impuestos recaudados ha aumentado un 5,2% (un -6,2% para el Estado).
En cuanto al sector exterior, se observa una reducción de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios en los últimos meses.
En los primeros nueve meses de 2023, el saldo de la cuenta corriente y de capital para la economía española -que determina una capacidad de financiación- fue de 38.700 millones de euros, frente al saldo de 8.600 millones de igual período de 2022.
El saldo comercial deficitario fue de 29.596,4 millones de euros, en los nueve primeros meses, frente al déficit de 53.437,1 de igual período de 2022. El déficit energético bajó de los 40.056,6 millones de euros hasta los 24.878,2, mientras que el saldo no energético presentó un balance negativo de 4.7018,2 millones de euros, frente al déficit de 13.380,5 millones del mismo período del año pasado.
Los sectores cuyas exportaciones a nivel del conjunto de España crecieron más fueron el de alimentos, bienes de equipo y automóvil. En Cataluña, se observó la misma dinámica en alimentos y bienes de equipo, aunque el comportamiento de otros sectores no fue similar.
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