- Dada la capacidad de financiación del sistema bancario, a diferencia de la anterior crisis, resulta relevante la garantía del Estado para que dicha financiación pueda ir a las empresas, y especialmente a los autónomos y pymes.
- Adicionalmente, agilizar la devolución de los impuestos, especialmente para el régimen de IVA para exportadores.
Foment del Treball muestra su total apoyo a las decisiones tomadas con la adopción del Estado de Alarma, previsto en nuestro marco constitucional, para las situaciones de crisis sanitarias como la que tenemos actualmente con el Covid-19. También hay que señalar que, en paralelo a la crisis sanitaria, se están produciendo afectaciones relevantes en la actividad económica, que también deben atacarse, y que ya fueron objeto de un primer paquete de medidas del gobierno esta semana. Esperamos que en el próximo Consejo de Ministros tenga ya un segundo paquete, que Foment considera imprescindible. Además de contemplar algunas de las cuestiones ya planteadas, debe centrar-se especialmente en el ámbito de dotar de la liquidez que esta situación exige, a fin de preservar la salud de nuestra economia, una vez superada la crisis sanitaria.
En este sentido, hay que dar tranquilidad de que la actuación será excepcional, ya que los mecanismos al uso serán insuficientes y pasan inexorablemente por salvaguardar la cadena de pagos de la economía (dadas las particularidades de la crisis), y por ayudar a enfrentar las pérdidas de los agentes económicos y sectores afectados.
Hay que facilitar que las empresas con pocas ventas durante semanas e incluso meses, tengan propuestas de liquidez, que pasan por disponer de la garantía del Estado en su financiación, durante la afectación de este periodo de contingencia sanitaria. El objetivo es evitar efectos multiplicadores de destrucción de empleo y del tejido empresarial que incluso también pudiesen darse con carácter exponencial.
Todo ello, en un contexto que permita su devolución en un periodo dilatado de tiempo, a fin de poder amortiguar la falta de ingresos, y la recuperación de sus pérdidas.
El programa de garantías de carácter ilimitado- aunque Foment estima que podría ser del orden de 30.000 millones de euros- para apoyar la financiación empresarial debería contemplar los siguientes elementos:
- Ayudar a las empresas pequeñas y grandes a soportar los gastos fijos que tengan en los próximos [tres] meses, mediante un préstamo a [siete] años con carencia de [dos] años y con la garantía del ICO al 80%. Esta garantía sería otorgada por el ICO pari passu (en igualdad de condiciones) y sin costes del aval.
- Para permitir el desbloqueo del flujo de cobros y pagos pendientes entre las empresas sería imprescindible otorgar líneas de confirming por un importe equivalente al [50%] de la partida contable de la cuenta de proveedores, también con la garantía del ICO del 80%. Esta garantía sería otorgada por el ICO pari passu, sin cap y sin costes del aval. Esta línea será otorgada por un plazo de [un] año, prorrogable a [uno] más, en función de las necesidades de la empresa.
La idea fundamental y urgente es evitar que se rompa la cadena de pagos y permitir que las potenciales pérdidas que emergerán se financien en un plazo razonable de tiempo.
A efectos de las finanzas públicas, este esquema de garantías, al ser un apoyo “contingente”, permite también un impacto en fases, a lo largo del tiempo, en los PGE. Ello acomoda mejor la iniciativa y sus posibles costes en el conjunto de la política presupuestaria.
Adicionalmente habría que agilizar las devoluciones de los impuestos, para inyectar liquidez y de forma especial en el caso del IVA, y de forma prioritaria para aquellos que disponen del régimen de exportadores, que suelen ser los que tienen significativas devoluciones.
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