La economía catalana y española han arrojado indicadores de crecimiento ininterrumpido durante los últimos cuatro años, con proyecciones que incluso superan a los países más dinámicos de la zona euro, pero el riesgo de que la incertidumbre política pueda representar un freno para las inversiones, la actividad económica y la creación de empleo, fue ayer el principal foco de atención de la práctica totalidad del cuerpo consular destacado en la ciudad de Barcelona durante su reunión anual en la sede de Foment del Treball.
El presidente de Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà, defendió el protagonismo que el conjunto de la sociedad catalana y española ha tenido en la recuperación económica, apoyada por el esfuerzo y compromiso de los empresarios y de la clase política que a partir del 2012 puso en marcha una agenda reformista que ha sido clave en la recuperación y el crecimiento. Sin embargo el factor político es en estos momentos el principal motivo de preocupación y puede representar un obstáculo muy serio y grave que es necesario reconducir. “Catalunya puede volver a ser la región del Sur de Europa con mejores condiciones para invertir y el motor económico de España, siempre que seamos capaces de reconducir cuanto antes la situación actual.
Gay de Montellà considero que las empresas han sido prudentes durante todos estos años y hacer lo que deben hacer que es trabajar “y no hacer política”. Y confirmó que la salida de empresas no se debe a presiones de corte político, sino al escenario de incertidumbre y a la necesidad de proteger a sus accionistas, trabajadores y clientes.
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