El riesgo de romper el clima de convivencia y tolerancia que caracteriza a la sociedad catalana como consecuencia de la violencia que se ha vivido en las últimas horas en diferentes ciudades de Catalunya y, de manera muy destacada, en las calles de Barcelona, nos obliga a reivindicar la calma y la serenidad y, cómo no, apelar al diálogo que, a pesar de haber sido reclamado en tantas ocasiones durante los últimos diez años, es el actor que aún no ha intervenido en el conflicto político de Catalunya y el resto de España.
Desde Foment del Treball condenamos la violencia, advertimos del riesgo para la actividad económica y, lo que aún es peor, para la convivencia pacífica entre una ciudadanía que se define por su carácter tolerante, pacífico y solidario.
1. Responsabilidad a las instituciones públicas, partidos políticos y sus líderes. Alentar las movilizaciones, las protestas ciudadanas y la ocupación de infraestructuras estratégicas desde la Generalitat de Catalunya, que tiene el deber y la obligación además de preservar la seguridad ciudadana y el normal funcionamiento de los servicios públicos, representa una extrema contradicción que deriva en la confrontación entre manifestantes y los cuerpos de seguridad. Entendemos que es urgente y necesario corregir esta anomalía y que sus máximos responsables rectifiquen desde el más escrupuloso respeto a la legalidad.
2. Condena de la violencia.- La legítima protesta y la libertad de expresión no justifican en ningún caso las actuaciones violentas que comportan consecuencias graves en la convivencia y cohesión social. Mossos d’Esquadra y el resto de fuerzas de seguridad del Estado deben preservar el orden en nuestras ciudades.
3. El riesgo para la actividad económica y la proyección internacional de Barcelona. La reputación de Catalunya y Barcelona es un capital de alto valor que reporta grandes beneficios a diferentes sectores económicos e industriales como el turismo, los eventos y ferias internacionales, las inversiones empresariales, la actividad de prestigiosas universidades y el reconocimiento de ser uno de los principales y más atractivos territorios del Mediterráneo y del Sur de Europa. Evitar la destrucción de este capital es una responsabilidad que todos debemos compartir. Además la ciudadanía de Catalunya ha demostrado su carácter abierto, plural, cosmopolita, dialogante y solidario, y así se le reconoce en el conjunto de Europa. Debemos estar todos a la altura y no decepcionarle.
Desde Foment del Treball ofrecemos nuestra colaboración para contribuir a la construcción de un clima de diálogo en el inicio de esta nueva etapa que concluye, precisamente, una década de muros y silencios.
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