La salud en las personas es el principal activo de un país, como se ha demostrado con la crisis de la COVID-19 que ha provocado un gran impacto sanitario, económico, social y emocional. Ante esta situación, la importancia del binomio salud y economía se ha evidenciado todavía más.
Ahora, más que nunca, hay que apelar a la corresponsabilidad individual para proteger un bien colectivo, la salud comunitaria.
La vacunación y la inmunidad comunitaria indudablemente contribuyen a combatir la pandemia evitando colapsos en el sistema sanitario y la pérdida de vidas humanas. A la vez que es la mejor alternativa para levantar las restricciones a la actividad económica.
Desde Foment del Treball apostamos por la corresponsabilidad de los agentes sociales en la vacunación a los profesionales y en el desempeño de las medidas de protección contra la COVID-19, tanto desde el punto de vista de la salud laboral, como de la recuperación económica, y del respeto al derecho de las personas a sentirse protegidas, especialmente en aquellos ámbitos profesionales donde la vacunación es singularmente inexcusable por la relación directa y de confianza con las personas.
Por eso, desde la Comisión de Salud y Social de la patronal se trabaja para que las empresas fomenten la conciencia de la responsabilidad en la vacunación a los profesional, y contribuyan, junto con las autoridades sanitarias, a facilitar el acceso y proximidad a los puntos de vista de vacunación.
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