Los sindicatos UGT y CCOO y Foment del Treball han presentado conjuntamente el manifiesto Por la ocupación, hay que recuperar la construcción, con la que estos agentes sociales ponen la alerta en la necesidad de articular un conjunto de estrategias que permitan un desarrollo cuidadoso del sector de la construcción en Cataluña, clave para recuperar el empleo. Con este manifiesto, tanto la UGT como las CCOO y el Foment, recuerdan que la destrucción del empleo en el sector de la construcción, desde 2008, explica directamente el 50% de la destrucción de empleo total en el país, y que por tanto, es esencial una estrategia clara de recuperación de la inversión pública en infraestructuras para recuperar un gran espesor de puestos de trabajo e impulsar la economía.
El Manifiesto ha sido presentado en la sede de Foment del Treball por el presidente del Foment, Joaquim Gay de Montellà; el secretario de Políticas Sectoriales de la Unió General de Treballadors de Catalunya (UGT), José Antonio Pasadas; el secretario de Acción Sindical y Política Sectorial de las Comissions Obreres de Catalunya (CCOO), José Cachinero; y el presidente de la Comisión de Infraestructuras de Foment, Joaquim Llansó. Gay de Montellà ha subrayado que «los agentes sociales hemos dado un paso adelante para ponernos de acuerdo en diagnosticar la cuestión, ponerla en valor y defender un conjunto de propuestas para reflotar el sector». Asimismo, Pasadas ha lamentado «la criminalización injusta que ha sufrido el sector en este años de crisis», mientras que Cachinero ha destacado que «desde 2007 se ha reducido el 84% de la inversión pública y se ha perdido el 62% del tejido productivo «.
Tal y como recoge el Manifiesto, los datos del sector muestran un nivel de debilidad fuertemente alarmante, ya sea en términos de licitaciones de obras o bien en las viviendas iniciadas o acabados, así como en cualquiera de los indicadores de actividad, que se sitúan, ya en plena recuperación económica, sólo en el 10-15% de lo que habían sido en 2007 o 2008. Prosigue el Manifiesto que el adelgazamiento de las empresas del sector y del número de trabajadores ha sido en valores sin precedentes en la historia reciente, sin que las administraciones públicas hayan tomado medidas de apoyo que permitieran apaciguar, en parte, sus consecuencias. Al contrario, la incidencia de la reducción del déficit público ha sido muy intensa en la inversión pública, que explica en un 45% la reducción del déficit público en el periodo 2009-2015, que sin duda hay que revertir progresivamente, mediante un programa orientado a hacer aquellas infraestructuras que económica, social y medioambiental tengan un adecuado retorno social.
Visto esto, los promotores del Manifiesto consideran que hay que articular un amplio consenso político y social para estructurar un esquema que defina las actuaciones prioritarias a desarrollar (movilidad, educativas, de investigación, medioambientales, sanitarias, sociales, y de equipamientos públicos, entre otros), y hacerlo mediante la articulación de un plan de choque, por un lado, y el desarrollo de planes integrales a medio plazo, con la correspondiente programación, por la otra.
No se trata de estructurar acciones por un sector fuertemente afectado por la crisis, que también, sino de permitir mediante la inversión publica y las medidas de apoyo a la edificación de viviendas, y especialmente a su rehabilitación, que el empleo en general en nuestro país tome mayor fuerza.
La incentivación de la actividad en la construcción ha sido un clásico en las medidas de recuperación económica que se han empleado en nuestro país -y los demás. Por ello, según los promotores del Manifiesto, sorprende que no se hayan hecho uso en esta última crisis, al contrario, lo que puede explicar este significativa destrucción de empleo en nuestro país, en términos absolutos y comparativamente: en Cataluña, desde de 2008, se han perdido unos 250.000 puestos de trabajo en el sector de la construcción.
Esta necesidad de incentivar el sector de la construcción, según recoge el estudio que acompaña el Manifiesto, es reiterada por diferentes organismos internacionales, como por ejemplo la OIT, o bien el Banco Central Europeo o la OCDE: la necesidad de articular planes de inversión que contengan proyectos con racionalidad económica, social o ambiental, en un contexto de tipos de interés históricos tanto bajos (e incluso negativos) para posibilitar la recuperación económica más vigorosa en Europa.
Comments are closed.