- Las previsiones de crecimiento del PIB, empleo y consumo, que han sido corregidas a la baja, confirman una ralentización de la economía, pero no avanzan una nueva crisis económica.
- El PIB previsto para España en 2020 oscila entre el 1,6 y 1,8% y el crecimiento del empleo se anticipa muy débil, sólo del 1% para el próximo año.
- El crecimiento del consumo privado quedará también afectado ante las modestas previsiones de creación de empleo.
- Es necesario abordar una agenda económica y social, y articular una política de pactos sociales con apoyo presupuestario
- La reducción del déficit público no debe hacerse con la creación de nuevos impuestos o tipos más elevados.
Las previsiones de crecimiento económico han sido nuevamente corregidas a la baja. En el caso de las economías española y catalana, la corrección se debe al menor crecimiento de la economía europea, la reducción del ritmo de aumento de la ocupación y del consumo, y la contracción de la actividad industrial y del comercio exterior, además de la revisión de la serie estadística del INE. El informe de coyuntura de Foment del Treball propone abordar una agenda económica y social en un contexto de desaceleración que incluya los recursos necesarios para su articulación, con un esfuerzo preferencial al sector industrial.
La industria catalana ha continuado su caída por cuarto trimestre consecutivo, aunque con menor intensidad. La pérdida del dinamismo en la industria catalana –en el resto de España ha repuntado en el tercer trimestre– se constata también en otras importantes economías del entorno europeo, como Alemania, por ejemplo. Para la industria es relevante lo que suceda en el entorno próximo, al tratarse de un sector muy internacionalizado.
Cataluña representa el 23,5% de la industria española, un peso que supera al del propio PIB, puesto que el PIB de Cataluña constituye el 19,1% del PIB de España. La segunda CCSA más importante en la industria española (12,4 puntos por debajo de Cataluña), es Madrid, con un peso mucho de menor al de su PIB. Otras CCAA con un peso en la industria española similar al de Madrid son la C. Valenciana y el País Vasco. En el primer caso, el peso del sector industrial es similar al del PIB y, en el segundo caso, ocurre como en Cataluña, donde la industria tiene una relevancia incluso mayor a la del PIB en el total de España. Por lo tanto, tanto en Cataluña como en el País Vasco, el sector industrial tiene una importancia destacada.
Los sectores industriales más relevantes en Cataluña son, en términos de valor agregado, el de alimentación y bebidas, el de energía, el de la química, y también el de la automoción (si sumamos 4 sectores). A diferencia del sector energético, que mantiene una relevancia en la economía española similar a la que tiene en la catalana, el sector químico catalán multiplica casi por 4 su peso en el conjunto de la economía española.
Consumo, empleo y salarios
La Comisión Europea ha rebajado las previsiones de crecimiento del PIB de la economía española en vista de la revisión estadística del INE y del contexto de elevada incertidumbre. Sostiene que España se encuentra en un momento de moderación económica tras un largo período de expansión.
Según el Idescat, en el tercer trimestre, el PIB de Cataluña creció un 1,8%, lo que implica una moderación frente al aumento del 2,0% del trimestre anterior y de la media del conjunto de España. El incremento intertrimestral se desaceleró una décima, hasta el 0,4%.
Tanto para 2020 como 2021, se prevé, según la Comisión Europea, una fuerte disminución del ritmo de crecimiento del empleo, que se situará en el 1,0% y 0,8%, respectivamente, frente al 2,2% de 2019. En relación al consumo privado, cabe destacar, que se prevé una moderación de su ritmo de crecimiento. En este sentido, es importante recordar que existe una correlación positiva mayor entre la evolución del consumo privado y la ocupación, que entre el consumo privado y los salarios. Por ello, ante la moderación del crecimiento del empleo esperada en el corto plazo, el consumo se verá afectado, más allá del incremento salarial que pueda producirse en el corto plazo. Todo esto en un contexto de niveles de ahorro de los hogares en mínimos, aunque recientemente hayan subido por motivos de preocupación.
Conclusiones
El proceso de desaceleración parece que en el cuarto trimestre se ha frenado, con una estimación del 0,4% según el avance del Banco de España. Por tanto, no estamos ante una crisis sino una desaceleración que pierde intensidad.
Además la inflación se mantiene en niveles muy bajos, tanto en España como en Catalunya, muy por debajo de la subyacente, y el diferencial de precios respecto a la zona euro continua siendo favorable en España, puesto que en la Unión Europea es mayor.
Foment del Treball propone que, además de abordar una agenda económica y social con su presupuesto correspondiente, se articule una política de pactos sociales amplios y nuevas reformas estructurales –no contrarreformas– que apuntalen el crecimiento económico.
Del mismo modo, se plantea la necesidad de unos presupuestos que evidencian la estabilidad política necesaria. Las reformas deben hacerse con una fiscalidad competitiva que no penalice a las empresas ni los profesionales y, al mismo tiempo, con una política de reducción del déficit público basada en que los gastos no excedan de los ingresos y que estos no se sustenten ni en la creación de nuevos impuestos ni tipos más altos.
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