- La ralentización de los emergentes, especialmente de los BRICS, y en mayor medida de China, tendrá su impacto en las economías desarrolladas, aunque se estima que sea tenue si este deterioro no va a más.
- Según el FMI, en su informe sobre la economía china publicado el 14 de agosto, el PIB de China crecerá a tasas más moderadas en los próximos años
- Se superan nuevamente los récords de exportaciones de bienes, destacando los sectores de productos químicos, automóvil y bienes de consumo duradero y, entre los destinos, la Unión Europea.
- Es necesario que la política económica se base en una consolidación presupuestaria flexible, un impulso de las reformas estructurales y un mantenimiento de los equilibrios macroeconómicos.
La ralentización del crecimiento de la economía de los países emergentes, especialmente del conjunto de los BRICS (Brasil, Rusia, China y Sudáfrica), y sobre todo de China, es un factor de riesgo a la baja para las economías desarrolladas, aunque que se estima que sea tenue si este deterioro no va a más. En cuanto a las previsiones de corto plazo, el FMI apunta una «desaceleración del crecimiento en los mercados emergentes y una remontada gradual en las economías avanzadas». Esta diferencia responde, según el organismo, a que actualmente se mantienen las condiciones que favorecen el crecimiento de las economías avanzadas: las mejores condiciones en los mercados financieros y laborales, una política fiscal más neutral en la zona euro y la reducción del precio del petróleo. Sin embargo, la evolución de las economías emergentes se verá mermada por la caída de los precios de las materias primas, las peores condiciones financieras externas, problemas estructurales y geopolíticos, así como por el reequilibrio de la economía china. Estos datos se analizan en la nueva entrega del Informe trimestral de Coyuntura económica que elabora Foment y que hoy han presentado el presidente de la Comisión de Economía y Fiscalidad de Foment, Valentí Pich, y el director de Economía de Foment, Salvador Guillermo.
Recientemente, los síntomas más visibles de la desaceleración de China se manifestaron, por ejemplo, en la reducción de sus importaciones o la ralentización del sector industrial, lo que ha impactado negativamente en la demanda en el exterior de materias primas y otras entradas. A nivel interno, se han producido movimientos en los mercados financieros -fuertes caídas en la bolsa durante los últimos meses- debido, en parte, de la incertidumbre económica que genera esta nueva fase de transición. Europa no se verá tan perjudicada, en términos generales, como otras economías más dependientes comercialmente de China, ya que sus principales fuentes de comercio son intracomunitarias. De hecho, la industria europea podría verse beneficiada, en cierta medida, los menores costes de las materias primas y de la energía, al reducir los precios de importación de estos insumos, aumentando así la competitividad de los productos europeos, lo que se suma a una coyuntura en la que el euro se mantiene muy depreciado.
Este escenario internacional y el mix de políticas económicas posibilita la continuación del crecimiento económico en España y Cataluña, aunque en un contexto de mayor variabilidad que exige respuestas más exigentes. De este modo, a medio y largo plazo, la recuperación debe asentarse más en los factores reales de competitividad: por este motivo, las reformas estructurales no deben ponerse en duda, sino más bien lo contrario. La política económica debe ser previsible y razonable, ya que mayores niveles de incertidumbre castigan el clima de confianza y debilitan el proceso de recuperación económica.
El crecimiento económico en el segundo trimestre se ha situado en el 1,0% intertrimestral, impulsado por la demanda interna, sin un descalabro del sector exterior, lo que implica un patrón de crecimiento más sostenible.
Se superan nuevamente los récords de exportaciones de bienes, destacando los sectores de productos químicos, automóvil y bienes de consumo duradero, y entre los destinos la Unión Europea. Cabe destacar también que, en este contexto de crecimiento de las exportaciones, los precios de las ventas al exterior se incrementaron un 1,1%.
Mejoran los valores de corta frecuencia como los relacionados con la actividad de la industria y de los servicios, la venta de vehículos y la confianza de los consumidores.
Además, destaca la mejora del sector de la construcción y también del empleo, tal como lo evidencian los datos de la EPA del segundo trimestre, a pesar de la desaceleración matizada de afiliación y paro de agosto.
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