- La inversión extranjera que recibe Cataluña proviene mayoritariamente de los países de la OCDE (88,4%) y, a su vez, de la Unión Europea (65,2%).
- Casi la mitad (49,4%) del aumento total de la inversión se explica por el incremento de la inversión en construcción y en actividades inmobiliarias
- El peso de la inversión en Cataluña respecto al total aumenta 12,5 puntos hasta el 23% de la inversión productiva total.
- Las economías desarrolladas crecen, aunque con diferencias importantes entre países. Las perspectivas de crecimiento de los emergentes se han reducido sensiblemente. Aumentan los riesgos negativos sobre el crecimiento de la economía mundial y del comercio global.
- En España, la creación de empleo en el último año ha supuesto el 40% del total de la Zona Euro: de seguir así, hay que prever una tasa de paro por debajo del 20% en España y del 15% en Cataluña en finales de 2016
Durante el primer semestre de 2015, la inversión extranjera total en Cataluña creció un 280,3%, lo que implica el incremento más fuerte registrado por la inversión en el conjunto de España, que subió en global un 73,4%. En términos absolutos, la inversión, frente al mismo periodo de 2014, aumentó en 1.444 millones de euros. Estos datos los ha recogido Foment del Treball en su último Informe de Coyuntura Económica, que analiza la evolución de los indicadores de los últimos tres meses.
En cuanto a la inversión extranjera, destaca también que la que recibe Cataluña proviene mayoritariamente de los países de la OCDE (88,4%) y, a su vez, de la Unión Europea (65,2%). Del mismo modo, la inversión proveniente de América Latina, y en menor medida de Asia y Oceanía, creció de forma significativa en el último semestre. Por rama de actividad, cabe mencionar el crecimiento de la inversión en educación y en industrias manufactureras. Además, casi la mitad (49,4%) del aumento total de la inversión se explica por el incremento de la inversión en construcción y en actividades inmobiliarias.
Si se descuenta la inversión en ETVE (empresas tenedoras de valores extranjeros), por considerar únicamente la inversión productiva, el peso de la inversión en Cataluña respecto al total aumenta 12,5 puntos, hasta el 23,0% de la inversión productiva total. La Comunidad de Madrid abarca el 65,4% de la inversión total, y salvo Cataluña, ninguna comunidad autónoma supera el 5% del total de la inversión extranjera realizada en España.
Crecimiento robusto de la economía española
Los últimos indicadores analizados por Foment demuestran que España y Cataluña siguen presentando una recuperación robusta: se mantienen en la parte alta del crecimiento de las economías europeas con previsiones de crecimiento de entre el 2,5% y el 2,7% para el 2016, a pesar de la ligera moderación de la tasa de aumento del PIB en el tercer trimestre debido al agotamiento de algunos factores favorables como han sido, por ejemplo, el precio de la energía o las medidas de apoyo monetario. En la evolución de la economía española, destaca el impulso de la industria y el continuado incremento del sector servicios, así como la estabilización del fuerte crecimiento de la construcción
La continuidad de la mejora en la actividad se percibe también en los datos de empleo y paro, tanto de la EPA como de afiliación y paro registrado, aunque la tasa de desempleo sigue siendo extraordinariamente elevada y que la creación de empleo indefinido presenta una caída notable. Sin embargo, en España, la creación de empleo en el último año ha supuesto el 40% del total de la Zona Euro, frente al 16% de Alemania, el 14% de Italia o el 27% del reino Unido. De seguir así, hay que prever una tasa de paro por debajo del 20% en España y del 15% en Cataluña a finales de 2016.
El crecimiento económico actual se caracteriza por la consolidación de importantes equilibrios macroeconómicos, lo que aleja cualquier riesgo de recesión: la ausencia de presiones de precios, el saldo positivo por cuenta corriente, el fuerte ajuste del déficit público y el crecimiento de la empleo, están siendo elementos distintivos de esta fase de recuperación del ciclo económico. Además, durante el mes de noviembre, el índice de confianza del consumidor del CIS volvió a situarse por encima de los 100 puntos -lo que indica una percepción optimista por parte de los consumidores-, pasando desde los 99,8 puntos a en octubre hasta los 104,6 puntos. El aumento del índice se produjo tanto por una mejor valoración de situación actual como de las expectativas.
Del mismo modo, el sector exterior podría estar desarrollando un nuevo patrón, en la medida en que la recuperación económica está siendo consistente con un aumento muy importante de las exportaciones y del número de exportadores regulares, así como con una evolución también ascendente, pero no explosiva, de las importaciones, incluso considerando la rebaja de la factura energética.
Sin embargo, persisten serios desequilibrios, como el paro y el endeudamiento -secuelas de la crisis aún no resueltas- cuya reconducción requerirá políticas económicas que, por un lado, no reviertan los equilibrios alcanzados y que, por otra, continúen con las reformas estructurales necesarias para mejorar la competitividad de la economía.
Riesgos negativos sobre el crecimiento del comercio global
Las economías desarrolladas siguen creciendo, aunque con diferencias importantes entre países. Por una parte, Japón entra nuevamente en recesión. Por otra parte, en Europa persiste el ritmo moderado de crecimiento que ha caracterizado su evolución económica desde el inicio de la recuperación. Y mientras tanto, en los EE.UU., el buen ritmo de expansión se mantiene, hasta el punto de que la FED ha finalizado en el mes de octubre el programa de compra de activos y se espera que la primera subida de tipos de interés sea inminente.
A su vez, las economías emergentes crecen pero con una intensidad inferior a la que las caracterizaban años atrás. China modera su ritmo de expansión en un contexto de cambios estructurales en el interior de su propia economía, mientras que Brasil y Rusia registran fuertes contracciones del PIB derivadas tanto de elementos idiosincrásicos, como de la coyuntura mundial de bajos precios de las materias primas. Por tanto, las perspectivas de crecimiento de este conjunto de economías se han reducido sensiblemente a la baja.
Dado este escenario, han aumentado los riesgos negativos sobre el crecimiento de la economía mundial y del comercio global, en particular. Como elemento a destacar, en 2015, el comercio mundial crecerá a menor ritmo que el producto, situación anómala en los períodos de expansión de las últimas décadas. Para los próximos dos años, se espera, sin embargo, que el comercio mundial repunte con más fuerza.
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