- Hay que avanzar hacia una transformación del modelo de producción y consumo energético en un modelo equilibrado y respetuoso con el entorno que incluya dos dimensiones: la innovación tecnológica y la manera de producir, distribuir, gestionar y usar la energía.
- Las entidades firmantes confirman su compromiso para hacer frente a la emergencia climática como la apuesta por la movilidad compartida y eléctrica, fomentar la investigación y la innovación e incentivar y facilitar las inversiones en eficiencia energética a las empresas, entre otros.
- Personalidades expertas y representantes de empresas debaten en La Llotja de Mar sobre los activos disponibles y las carencias para lograr los objetivos de reducción de emisiones contaminantes.
La Cámara de Comercio de Barcelona, las patronales Fomento del Trabajo y Pimec y el Consejo General de Cámaras de Cataluña reclaman en la Generalitat de Cataluña configurar un liderazgo inclusivo para hacer frente al calentamiento global, creando un Comisionado que lidere de manera transversal las políticas de emergencia climática y de transición energética de los diferentes Departamentos del Gobierno de la Generalitat.
Así lo han subscrito la presidenta de la Cámara, Mònica Roca i Aparici, el presidente de Fomento, Josep Sánchez Llibre, el presidente de Pimec, Antoni Cañete y el presidente de las Cámaras, Jaume Fàbrega, en el manifiesto presentado en La Llotja de Mar. La comparecencia se ha hecho en el marco de la jornada “El liderazgo de la transformación energética en Cataluña”, donde han hecho un llamamiento a impedir la crisis climática a largo plazo y mantener y transformar un modelo inadecuado de producción y consumo basado en el aprovechamiento de combustibles fósiles en un modelo equilibrado y respetuoso con el entorno.
La transición energética tiene que ser justa y tiene que permitir cumplir los objetivos de parar el aumento de la temperatura global, una gestión individualizada y responsable del consumo de energía, la imprescindible implicación de la ciudadanía y el tejido productivo, con plena conciencia de su papel, y potenciar y perfeccionar la potencialidad de la transición necesaria como un factor clave en el desarrollo económico.
En este sentido, el manifiesto establece que las políticas macro de los gobiernos tienen que interiorizar las medidas necesarias para hacer frente a estos retos, pero también a nivel micro, en el ámbito privado y colectivamente, hay que asumir los costes y las adaptaciones que estas medidas comportarán.
Una transformación más allá de la generación de energía 100% renovable
El embate de la crisis climática tiene que inspirar un cambio profundo en el sistema energético actual, que según las organizaciones impulsoras del manifiesto, tiene dos dimensiones: la innovación tecnológica y el cambio en la manera de usar y relacionarnos con la energía (producción, distribución, gestión y uso).
Hacer frente a la emergencia climática, pues, implica acciones como la apuesta decidida por la movilidad compartida y eléctrica, la digitalización de la red de distribución y de las equipaciones eléctricas, la reducción de energía con instalaciones y soluciones técnicas y arquitectónicas más eficientes y el establecimiento de marcos para la reducción de las emisiones de gases contaminantes, así como fomentar la investigación y la innovación para diseñar sistemas y tecnologías que permitan llevar a cabo la transformación energética e incentivar y facilitar las inversiones en eficiencia energética a las empresas y convertir las estrategias de contención de calentamiento global en oportunidades de negocio.
Aun así, el manifiesto también expone la necesidad de crear un observatorio de prospectiva tecnológica que defina la hoja de ruta de la investigación, así como también la puesta en marcha de un observatorio de salud y emergencia climática como instrumento de análisis, diagnóstico, evaluación y seguimiento de los efectos del calentamiento global en la salud pública.
Paralelamente, este proceso tiene que permitir la participación ciudadana en el sistema energético, tal como establecen las directivas europeas con las llamadas comunidades de energía y comunidades de energías renovables. El manifiesto también recuerda otros conceptos y derechos que la UE ha regulado y considera determinantes para hacer posible la transición energética como el acceso a datos de uso de energía o las redes de distribución cerradas para zonas industriales, comerciales o de servicios compartidos.
Es por todo esto que las cuatro entidades impulsoras del manifiesto ven necesario este Comisionado, y a pesar de que en el terreno de las renovables aprecian la voluntad de la Generalitat de Cataluña para acelerar la transición energética facilitando, entre otros, un debate profundo y radical en el territorio y concretando un Plan de Actuación que garantice llevar a cabo la transformación del sistema, sostienen que la hoja de ruta deja inicialmente al margen los efectos, consecuencias y potencialidades para la actividad económica.
El reto de la transición energética, a debate en La Llotja de Mar
Durante esta jornada también se ha reflexionado, en clave catalana, sobre el reto de la transición energética y las carencias existentes para poder lograr los objetivos de reducción de emisiones derivados de la situación de calentamiento global en que nos encontramos inmersos con ponientes del ámbito de la investigación y del tejido empresarial. Entre ellos, se encontraban Pep Canadell, jefe de investigación a CSIRO y Director Ejecutivo del Global Carbon Project, Joan Vila, presidente de la Comisión de Energía de PIMEC y CEO de LC Papel, así como miembros otras entidades y empresas como la IDAE, la IREC, Webatt Energy, la Northwestern University, ACERO y la asociación europea GEODE.
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