- El capítulo de la inversión pública ha soportado excesivamente el saneamiento de las cuentas de las administraciones y ha llegado a mínimos históricos en los últimos años.
- Dentro de los grandes ejes económicos y de comunicación de Cataluña, hay que señalar el Corredor Mediterráneo y Rodalies, donde se sufren aplazamientos destacados.
- Nuevamente la baja licitación impide el logro de las infraestructuras que el país requiere.
- Se debe aprovechar las excepcionales condiciones de los Fondos de Recuperación para realizar las inversiones sanitarias más urgentes y finalizar las infraestructuras más estratégicas para la economía catalana.
- Foment reivindica que las infraestructuras más estratégicas de Cataluña se gestionen desde el territorio con la participación de los agentes institucionales y económicos.
Foment del Treball ha constatado que, nuevamente, el 2019 ha sido un año de exiguos resultados en cuanto a las infraestructuras en Cataluña. La patronal catalana ha actualizado su estudios anuales Por un nuevo modelo de gestión de infraestructuras en Cataluña , el CAT-100, catálogo de las 100 infraestructuras básicas para Cataluña (CAT100) y Propuestas para un nuevo modelo de gestión de las equipaciones en Cataluña. Catálogo CAT-Equipaciones. Los documentos los han presentado el vicepresidente de Foment, Joaquim Llansó, el secretario general adjunto de la patronal, Salvador Guillermo, y la presidenta de la Comisión de Infraestructuras y Equipaciones de Foment, Anna Cornadó.
El ajuste del déficit fiscal recae excesivamente sobre la inversión pública
Foment constata, un año más, que la inversión pública en Cataluña ha estado extraordinariamente baja, cosa que limita la inversión empresarial, pues la inversión pública actúa de complemento y catalizador de la privada; perjudica la competitividad de la economía catalana y la calidad de vida de sus ciudadanos; hace perder oportunidades de crear puestos de trabajo, riqueza y bienestar.
El peso de la inversión pública el 2019 respeto el PIB estuvo en España de 2,0%, el tercero más bajo después del 2016 y 2017, y uno de los más bajos de la Unión Europea (media 3,0%).
Esta disminución de la inversión pública en España en un momento de expansión económica se debe a que la reducción del déficit se ha realizado en detrimento de esta. Así, el peso de la inversión pública en el total del gasto público va pasado del 12% el 2007 a menos de la mitad, el 5%, el 2019. Esto ha ocasionado que los presupuestos de infraestructuras y equipaciones estén en mínimos históricos.
A diferencia de años anterior, la Comisión Europea admite más déficit presupuestario si la inversión se efectúa en ámbitos prioritarios, como por ejemplo, construcción/rehabilitación de viviendas, energías renovables o infraestructuras en ferrocarriles.
En cuanto a la ejecución de las inversiones realizadas por la Administración General del Estado en Cataluña el 2019 (presupuestos prorrogados), la inversión en Cataluña ascendió a 811,8 M€ (670,8 M€ corresponden a infraestructuras de transporte), un 7,3% más que el año anterior. Este importe representa el 7,9% del total de las obligaciones reconocidas y el 10,8% de las regionalizables (Galicia 16,6%, Madrid 14,7%, Castilla y León 11,9%, y Andalucía 9,1%).
La Administración de la Generalitat de Cataluña, por su parte, ejecutó el 2019 el 83% (76% el 2018) de las inversiones reales, 366 M€ (448 M€ el 2018), y realizó el 95% (93% el 2018) de las transferencias de capital, 697 M€ (467M€ el 2018).
Las administraciones locales catalanas efectuaron el 2018 inversiones reales (2019, pendiente de publicar) por un importe de 1.361,7 M€ (con una ejecución presupuestaria del 94% del crédito inicial, o del 39% según el crédito definitivo). La inversión, el 2017, fue de 1.107,8 M€. Las administraciones locales españolas mantenían el 2018 un remanente de tesorería para gastos generales de 17.841 M€ de los cuales no pueden hacer uso a causa de las normas de estabilidad presupuestaria, sostenibilidad financiera y regla de despesa.
La licitación oficial de obras en Cataluña aumentó un 17%, en 2019, logrando 1.947 millones de euros. La actividad de la obra civil, que representa el 57% del total, se incrementó en un 20%, y la de la edificación, un 13%. Este importe, pero, es lejos encara de la media de los últimos veinte años, de unos 3.750 millones de euros anuales, a precios constantes. La inversión en infraestructuras se tendría que acercar al 2,2% del PIB (aproximadamente, unos 5.400 M€ anuales) que es la media de los principales países europeos los últimos veinte años, y realizar una inversión adicional para enjugar el déficit existente. Por eso, el bajo volumen de licitación agravia el crónico déficit de inversión en infraestructuras.
Foment reclama que, ante una situación de recursos públicos limitados, se seleccionen de forma esmerada las inversiones más productivas, sostenibles y socialmente beneficiosas con criterios objetivos y transparentes, priorizando las inversiones sanitarias y verdes, empleando metodologías que sistemáticamente evalúen los proyectos y que permitan compararlos entre ellos, para sacar el máximo provecho de los recursos públicos, a la vez que habrá que contemplar las colaboraciones publicoprivades (CPP) y la financiación mediante el pago por uso (peajes abiertos, euroviñeta, etc).
Así mismo, Foment reivindica que las infraestructuras más estratégicas de Cataluña se tienen que gestionar desde el territorio con la participación de los agentes institucionales y económicos (Km 0). La lógica económica, la eficiencia, la libre competencia y la rendición de cuentas al contribuyente desde la proximidad avalan que los aeropuertos, puertos, ferrocarriles y carreteras de Cataluña se gestionen desde el territorio al cual dan servicio y, por eso, es necesario adoptar medidas valientes y significativas de descentralización de su gestión.
Situación de las infraestructuras más estratégicas
En cuanto a las infraestructuras más estratégicas, principalmente competencia del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Cercanías, incluidas estaciones intermodales e intercambiadores; tronco central del Corredor Mediterráneo; accesos viarios y ferroviarios al puerto de Barcelona; accesos viarios (C-27) y ferroviarios al puerto de Tarragona; autovía orbital B-40; acceso ferroviario al aeropuerto del Prat; interconexionado A-2 con AP7 y C-32; plataformas logísticas, etc), o son paradas o se están ejecutando a un ritmo lento o muy lento.
Las infraestructuras ferroviarias siguen recibiendo inversiones claramente insuficientes. En el periodo 2015-2018 (en 2019 no hay distribución geográfica para el crédito inicial del presupuesto prorrogado) los principales organismos inversores de la Administración General del Estado han invertido en Cataluña solo 1.474 M€ de los 2.566 M€ presupuestados, es decir, solo se han ejecutado el 57% de las partidas y han dejado de invertir 1.092 M€ presupuestados.
El Corredor Mediterráneo ferroviario por transporte de mercancías es una infraestructura clave para incrementar el potencial de la economía catalana y de toda la fachada mediterránea. Por varios motivos los proyectos han estado atrasándose a lo largo de los años. Durante el 2018 y el 2019, pero, se han ido reactivado los principales proyectos y, según el calendario previsto, el 2020 finalizaría la construcción del tercer carril entre Catellbisbal y Martorell, y el 2021, el tercer hilo del tramo Catellbisbal – Tarragona y la conversión de la doble vía de ancho ibérico a ancho internacional entre Castelló – Tarragona.
La inversión en Cercanías y Regionales se mantiene estancada desde hace años y, por ejemplo, la construcción de las estaciones de la Sagrera y la Llagosta no tienen todavía fecha de finalización.
En cuanto al metro y en la red ferroviaria de FGC, su ampliación y mejora se va produciendo de manera constante pero muy limitada a causa de la financiación insuficiente de la Generalitat. Se está tramitando un préstamo con el Banco Europeo de Inversiones para poder continuar el tramo central de la L9.
También avanzan a un ritmo muy lento, por ejemplo, el desdoblamiento de la N-II por Girona y la N-340, vías que sufren un elevado nivel de accidentalidad, y la autovía orbital B-40, indispensable para solucionar el cuello de botella de la movilidad del área Metropolitana de Barcelona.
Cambios en el catálogo CAT-100
Este año no se da de baja del catálogo ninguna infraestructura del CAT-100 porque no se ha completado ninguno.
Podemos destacar también otros actuaciones que, o bien constan en el catálogo pero no finalizan la infraestructura, o bien no forman parte, pero es interesante destacarlas para poder hacer un balance del año en el ámbito de las infraestructuras.
La Administración General del Estado finalizó el 2019 la variante de Vallirana (parte del desdoblamiento de la N-340, todavía inacabado); el A-2 entre Medinyà-Orriols; la variante ferroviaria de Vandellòs al Corredor Mediterráneo y el nuevo Control de Tráfico Centralizado de ADIF a Barcelona.
Lavariante de Vallirana forma parte de la Ficha XV5/2015 Desdoblamiento de la N-340, que no está acabada, y, por lo tanto, no mujer de baja la infraestructura del listado.
La variante ferroviaria de Vandellós forma parte de la Ficha XFM2/2015 Conversión a ancho de vía mixto del corredor Castell-obispal-Vila-seca y del corredor Castelló-Tarragona, que también está inacabado y, por lo tanto, tampoco se da de baja del CAT-100. Por otro lado, el nuevo tramo es de ancho ibérico y se tiene que añadir el tercer carril.
En cuanto a la Generalitat, destacan las siguientes actuaciones: la entrada en servicio de las estaciones de Ciudad de la Justicia y Provençana de la L10; la Integración de la línea de Ferrocarriles de la Generalitat (FGC) en el entorno de los barrios de Gracia y de Can Feudo de Sabadell; la ampliación del andén de la estación de Provenza (FGC); las obras del lateral de la C-31. Badalona y la conexión en el enlace de la C-32 a Mataró Oeste. Las equipaciones construidas por la Generalitat se analizan al documento de Foment del Treball Nacional “Propuestas para un nuevo modelo de gestión de las equipaciones en Cataluña. CAT Equipaciones”.
Se han incorporado al CAT-100:
- C-42 Desdoblamiento Tortosa-Aldea.
- C-55 Desdoblamiento Manresa.
- Ampliación de la capacidad de la línea Barcelona-Vallès FGC nuevo túnel bajo Collserola (Ficha XFP7/2020).
- Desarrollo de la red 5G (Ficha XT1/2020).
A pesar de que lo CAT-100 es un catálogo orientativo, hay que señalar que, de las 101 infraestructuras del CAT-100 el 2019, este año se han añadido 4 nuevas infraestructuras, siendo el total 105.
Hay que reiterar que, para dar respuesta al mandato de las leyes de transparencia y a primeros de rendición de cuentas que toda sociedad democrática exige a las administraciones públicas, fuera adien que todas las administraciones publicaran el estado de situación de cada proyecto, informando en detalle de aquellos aspectos relevantes porque el ciudadano pueda evaluar el progreso de la actuación.
Impacto del COVID-19 en el ámbito de las infraestructuras y las equipaciones
Las expectativas del sector de las infraestructuras en Cataluña para el 2020 eran relativamente buenas, a pesar de que todavía no había salido plenamente de la crisis que se inició el 2008 y que las previsiones indicaban un enfriamiento de la economía, pero se han visto restañadas por un hecho imprevisible como lo es una pandemia global.
De acuerdo con las previsiones de las principales entidades que realizan previsiones económicas, la inversión en construcción podría caer en España y en Cataluña en 2020 entre un 20% y un 25%, y crecería un 6-7% en 2021. La duración de la crisis y su intensidad, pero, estará condicionada por el ritmo de la reanudación de la actividad, la respuesta médica al Covid-19 y las medidas económicas que adopten las diversas administraciones.
Una de las medidas más eficaces y de rápida aplicación para reactivar la economía, una vez retomadas todas las obras públicas paradas, es avanzar las licitaciones futuras y que el conjunto de las Administraciones Públicas, europeas, estatales, autonómicas y locales, diseñen de forma coherente los Planes de Reconstrucción (en linea con el Pacto Verd Europeu de la UE , que es su estrategia de crecimiento) a fin de que se realice un esfuerzo inversor planificado, recurrente, ordenado en el tiempo.
Si se mantiene en el tiempo esta baja inversión pública en Cataluña, la competitividad de la economía catalana y la calidad de vida de sus ciudadanos se verá perjudicada. Por eso, hace falta que las diversas administraciones aumenten la inversión en infraestructuras, que es en mínimos históricos, y que prioricen aquellos proyectos estratégicos que tengan más impacto en la productividad de la economía, en la competitividad de las empresas y en el bienestar de los ciudadanos, es decir, aquellos con más retorno económico, social y ambiental en los análisis coste-beneficio.
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