- Las exportaciones se contraen más en Cataluña (-2,9%) que en España (-1,0%) en un contexto europeo similar con preocupación por posibles guerras comerciales.
- El crecimiento económico se basa en la creación de empleo —destacando el papel del turismo— más que en avances de la renta per cápita, lo que evidencia la necesidad de aplicar las recomendaciones de los informes Letta y Draghi.
- La relajación de la política monetaria del BCE reduce los tipos de interés y facilita nuevas operaciones de crédito.
Con la normalización de la política monetaria, el foco pasa ahora a la política fiscal y a las reformas estructurales, así lo señala el Informe de Coyuntura Económica de Foment del Treball correspondiente a diciembre de 2024. Según los datos, toma fuerza el escaso crecimiento de la productividad, por lo tanto, el crecimiento económico no supone avances en la renta per cápita sino en la creación de empleo, lo que pone de manifiesto la necesidad de implementar las recomendaciones de los informes Letta y Draghi.
En España se aprecia una mejora de los desequilibrios macroeconómicos, como la inflación —el indicador adelantado del IPC sitúa su variación anual en el 2,4% en noviembre— o el déficit público —hasta el mes de septiembre, el déficit consolidado (sin AA. LL.) ascendió al 1,63% del PIB—, recordando, sin embargo, que España mantiene un elevado nivel de endeudamiento público, ya que la ratio de deuda respecto al PIB se encuentra en el 105,3%, mientras que la media de la UE es del 81,5%.
Todo esto en un contexto en el que la economía europea (0,3% de crecimiento trimestral) muestra debilidad frente a otras como la de EE.UU. (0,7% de crecimiento trimestral) o la de China (0,9% de crecimiento trimestral). Destaca el elevado incremento de las economías de España y Cataluña, del 0,8% y del 0,9% trimestral, respectivamente, en comparación con la media europea y otras grandes economías de la UE. En el tercer trimestre del año, el PIB de Alemania subió un 0,2%, mientras que el de Italia se mantuvo estancado y el de Francia repuntó con un aumento del 0,4%. Asimismo, la economía del Reino Unido moderó su crecimiento hasta el 0,1%.
Así, el crecimiento anual del PIB de España en el tercer trimestre del año (3,2%) se explica por la fuerte aportación de la demanda interna (2,7 puntos), en particular el consumo, sobre todo el de las AA.PP. (4,7%). La demanda externa, que aportó 0,7 puntos, deriva principalmente de la positiva evolución de la exportación de servicios.
El dinamismo de la actividad se traslada al mercado laboral, con una subida en el tercer trimestre del 0,4% en términos desestacionalizados y del 1,8% en los últimos 12 meses según datos de la EPA. En este sentido, cabe señalar la importancia del turismo en la creación de empleo. Los datos de corta frecuencia muestran que, en lo que respecta a la actividad turística, hasta el mes de octubre llegaron a España 82,9 millones de visitantes, es decir, un 10,8% más que en el mismo periodo del año anterior, con Cataluña siendo la primera comunidad autónoma como destino principal.
Por otra parte, la relajación de la política monetaria del BCE se está reflejando en la economía real con la disminución de los tipos de interés de referencia en España, como el Euríbor, que ha bajado 1,5 puntos en un año, o en la reducción de tipos para las nuevas operaciones de crédito. En lo que respecta a la financiación del sector privado de la economía española, la destinada a hogares e ISFLSH se incrementó un 0,9%, es decir, por tercer mes consecutivo después de una tendencia contractiva que se observaba desde febrero de 2023. Por otra parte, en el caso de las sociedades no financieras, en octubre también se registró un aumento, más intenso que los recientemente observados, del 2,4%. Las variaciones positivas de esta variable se observan desde el mes de mayo.
Cabe señalar que las exportaciones de bienes muestran, como en el resto de Europa, una contracción en lo que va de año, más intensa en Cataluña (-2,9%) que en el conjunto de España (-1,0%). Con esta evolución de las exportaciones de bienes, preocupa la nueva presidencia americana por posibles guerras comerciales (Europa, China y el resto de América), lo que tendría mayores efectos en nuestro comercio exterior.
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