- El reto sobre el que reflexionan los empresarios en esta ocasión es como garantizar que la industria que se desarrolle en nuestro territorio sea la más valiosa posible, dentro de la cadena de valor internacional, y por tanto, la más resistente a las oscilaciones de los mercados globales.
- La respuesta es la incorporación de la innovación en todos los ámbitos. Además del esfuerzo empresarial para transformar su entorno, se reivindica un marco favorable y amparo en las políticas públicas, para que este proceso sea posible.
- El arraigo en el territorio de una actividad industrial en un contexto internacional de altos niveles de competitividad sólo se puede asegurar con la generación de productos y servicios de alto valor añadido. Un modelo exclusivamente apoyado en bajos costes y un uso intensivo de recursos en nuestro país está agotado.
- Se analizan en este informe, de la mano de los propios empresarios, algunas de las claves para seguir avanzando hacia un modelo industrial que aspira a ocupar posiciones estratégicas en un sistema productivo cada vez más competitivo, internacionalizado y fragmentado. Los componentes de los productos finales de la industria se pueden fabricar en cualquier parte del mundo.
- Es hora de cambiar la visión que se tiene de la industria en nuestro país. El objetivo de la reindustrialización de Cataluña sólo se podrá conseguir con una visión integrada de la política industrial. La energía, el eje ambiental y de recursos, lo social, la formación, la fiscalidad y por supuesto, la innovación, deben ser partes integrantes de esta política.
El reto sobre el que reflexionan los empresarios en el I Industrial Meeting de Foment del Treball es como garantizar que la industria que se desarrolle en nuestro territorio sea la más valiosa posible, dentro de la cadena de valor internacional, y por tanto, la más resistente a las oscilaciones de los mercados globales. La respuesta es la incorporación de la innovación en todos los ámbitos. Los empresarios de Foment del Treball han hecho así una primera aproximación en torno al modelo industrial necesario.
Si la industria catalana quiere asegurar su presencia en las cadenas de valor global es imprescindible incorporar la innovación en la gestión empresarial de los factores esenciales sin los cuales no será posible mejorar la posición competitiva de nuestras empresas: la modernización en la gestión del RRHH, la gestión de la energía y de los demás recursos necesarios para producir, así como hacer posible nuevas oportunidades para el comercio internacional, son algunas de las condiciones imprescindibles, pero no suficientes, para alcanzar el objetivo. La política industrial debe enmarcar estos ámbitos con medidas de acompañamiento, en algunos casos, y modernización del marco regulador, en otros, integrando el conjunto, a fin de impulsar una industria generadora de alto valor añadido.
Esta es una de las principales recomendaciones del I Industrial Meeting de Foment del Treball del mes de diciembre que hoy se han presentado en el Informe Retos para la Creación de Valor, resultado de todas las intervenciones y ponencias de una intensa sesión de análisis en torno a cinco ejes específicos del management industrial: los recursos humanos, los recursos físicos, la energía, la internacionalización y la innovación.
De hecho, el encuentro empresarial alcanzó el consenso en torno a la necesaria reindustrialización de la economía catalana desde la experiencia de las empresas que trabajan para competir y formar parte de la nueva industria. Cada uno de los factores analizados tiene sus retos, tanto desde la perspectiva empresarial como desde la política pública asociada. La identificación de estos retos y oportunidades es lo que han explicado el presidente de la Comisión de Industria, José Lluís Cabestany, y el vicepresidente de Foment, Ramon Adell. La directora del Área Técnica, Alba Cabañas, ha coordinado e impulsado el I Industrial Meeting de Foment del Treball.
Además del esfuerzo empresarial para transformar su entorno, se reivindica un marco favorable y amparo en las políticas públicas, para que este proceso sea posible. El arraigo en el territorio de una actividad industrial en un contexto internacional de altos niveles de competitividad sólo se puede asegurar con la generación de productos y servicios de alto valor añadido. También hubo consenso en que un modelo exclusivamente apoyado en bajos costes y un uso intensivo de recursos en nuestro país está agotado.
Es hora de cambiar la visión que se tiene de la industria en nuestro país. El objetivo de la reindustrialización de Cataluña sólo se podrá conseguir con una visión integrada de la política industrial. La energía, el eje ambiental y de recursos, lo social, la formación, la fiscalidad y por supuesto, la innovación, deben ser partes integrantes de esta política.
La energía
Las empresas industriales han pasado de considerar la energía como variable fija a integrarla como factor de eficiencia y de gestión, dentro de un entorno regulador errático, inseguro y arbitrario. De hecho, el 78% de las empresas industriales considera estratégica la eficiencia energética y un 67% considera que la inversión en I + D + i relacionada con el factor energético será importante para mejorar su competitividad. El 71% de las empresas tiene previsto un cambio tecnológico en los próximos cinco años, orientado a mejorar la eficiencia energética de la empresa. (Resultados de la encuesta del Foro Energía de Fomento del Trabajo).
Sin embargo, el I Meeting Industrial de Foment del Treball destaca que aunque tengan prioridad todas las inversiones tecnológicas pendientes en el ámbito de la eficiencia energética, «continuaría un gran diferencial de costes energéticos con sus competidores europeos e internacionales» como consecuencia de un entorno regulatorio arbitrario. Para favorecer las inversiones industriales, intensivas en capital y tecnología, es necesario que el marco energético sea moderno y previsible en el largo plazo y que la política energética tenga muy presente en el sector industrial.
La innovación
Respecto a la innovación, aún hoy se echa de menos -a pesar de la unanimidad que considera la I+D+i esencial para la competitividad- una clara determinación y capacidad para incorporar la innovación en la gestión empresarial y, por tanto, también a la industria . La pérdida de posicionamiento de Cataluña en la clasificación de las regiones más innovadoras sólo podrá ser reequilibrada por la iniciativa privada y el compromiso público con respecto al mantenimiento de políticas de innovación estables y en una mejora relativa de los factores externos.
El carácter transversal de la innovación representa una oportunidad para que las empresas puedan mejorar su competitividad. La digitalización industrial y las tecnologías facilitadoras hacen posible la generación de valor real en la industria. La industria 4.0 representa menores costos, mayor eficiencia, velocidad y, en definitiva, impulsa la interacción entre el sector manufacturero y las TIC. Las empresas que no cojan este tren, no es sólo que irán más lentos, sino que probablemente desaparecerán.
Para poder encarar esta nueva revolución industrial y hacerlo con garantías, será vital la colaboración público-privada y muy especialmente la simplificación del marco regulador y el despliegue de las infraestructuras adecuadas. Por último, todo ello no será posible si nuestro tejido de pymes no dispone de los recursos necesarios para afrontar el cambio cultural que representa adoptar una nueva forma producir que garantice su competitividad.
Laboral, Recursos e Internacionalización
Desde la perspectiva de la internacionalización, el I Industrial Meeting recomienda una mejor gobernanza industrial por parte de todas las instituciones europeas. En concreto, son prioritarios la consecución del Tratado de Facilitación del Comercio, el Acuerdo sobre Comercio de Servicios y el Acuerdo sobre Tecnologías de la Información. En relación al Acuerdo con Estados Unidos Ttipia, la mayor parte de sectores participantes muestra su apoyo por un acuerdo ambicioso, completo y equilibrado para ambas partes. Estados Unidos y la Unión Europea comparten la mitad de la producción económica global.
Respecto a las relaciones laborales, en comparación con otros países europeos en los que la flexiseguridad juega un papel clave para garantizar la competitividad y la eficiencia de las empresas, en el caso de España el marco jurídico deberá seguir su proceso de adaptación a entornos continuamente cambiantes, incentivando las mejores prácticas de flexibilización de las condiciones de trabajo. Se insiste en la negociación colectiva y los acuerdos como instrumentos que dan la máxima flexibilidad posible en la gestión del tiempo de trabajo. A pesar de que en Cataluña la negociación colectiva y la concertación social están absolutamente integradas en el sistema de relaciones laborales, se recomienda aclarar la normativa sobre la vigencia de los Convenios Colectivos
En cuanto al empleo, se confirma un cambio de paradigma en la corresponsabilidad entre el Estado, las empresas y los trabajadores, de manera que en un contexto industrial fuertemente innovador y sometido a la competencia internacional, la seguridad en el empleo ya no está en el lugar de trabajo concreto. Hay que avanzar en un sistema que apoye la empleabilidad del trabajador a lo largo de su vida laboral. En este proceso es clave el compromiso del trabajador. El impulso de la Formación Dual y una relación más fluida entre el mundo empresarial y la Universidad, entre otros, son estrategias exitosas para lograr este objetivo.
En relación a los Recursos y Materiales, que en algunos sectores pueden suponer más del 40% de su estructura de costes, se recomienda una aproximación realista al concepto de Economía Circular, adaptando los marcos normativos a los nuevos planteamientos, y rehuyendo de estrategias excesivamente localistas, dada la dimensión internacional de los sistemas productivos actuales. «Los planteamientos localistas deben ser evitados», apunta el documento. En este punto también propone «cambiar la visión que se tiene de la industria en nuestro país. Que la industria alcance el 20% del PIB en 2020 no se puede conseguir si no hay una visión global y sostenible de la industria «.
El presidente de la Comisión de Industria, Josep Lluís Cabestany, considera que Cataluña tiene un buen punto de partida para su tradición y vocación industrial, pero ha insistido en la necesidad de impulsar este sector, a fin de garantizar empleo de calidad, mejores salarios y una proyección económica más estable.
El vicepresidente de Foment del Treball, Ramon Adell, ha considerado que la pérdida de peso del sector industrial en las últimas décadas «no es un fenómeno exclusivo de la economía catalana. El peso actual de la industria catalana (20,6% de su VAB) supera la media de la zona Euro (19,3% del VAB) y del conjunto de España (17,5% del VAB) «.
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