Resumen:
La situación económica actual es positiva, la economía mundial continúa recuperándose de la gran debacle ocasionada por la pandemia. Los planes de vacunación han permitido el relajamiento de las medidas más severas, que tanto impacto han tenido sobre la actividad económica.
La recuperación y el crecimiento de la economía se están produciendo por el impulso de la política fiscal y monetaria, así como por la demanda embalsada y el exceso de ahorro generados como consecuencia de las medidas de restricción.
Sin embargo, el entorno internacional se ha vuelto más incierto ya que persisten ciertos factores que han contribuido a minorar el ritmo de la recuperación económica.
En este sentido, en comparación con las previsiones de principios de año, se han corregido las proyecciones de aumento del PIB a la baja, fundamentalmente, por el fuerte incremento de los precios, los problemas de suministro y las incertezas ante las nuevas variantes del COVID. Ese menor crecimiento obedece a esos factores, siendo, en algunos de ellos, presentes en los próximos meses.
La Comisión prevé un aumento del PIB de 5,0% este año, de 4,3% para el próximo y de 2,5% para 2023 en la UE. Se observa también, una peligrosa divergencia en las perspectivas entre países, en tanto que el producto agregado de las economías avanzadas, en 2024, será un 0,9% superior al de la precrisis, mientras que el de las economías emergentes y en desarrollo se estima que estará un 5,5% por debajo.
Los organismos internacionales han revisado a la baja las previsiones de crecimiento. Para España en el segundo trimestre de este año, para 2021, eran de 6,4%; 5,9% y 5,6%, según el FMI, la CE y la OCDE, respectivamente. Ahora, en el cuarto trimestre, las estimaciones son de 5,7%, 4,6% y 4,5%.
En este sentido, tanto el BCE como la Reserva Federal han mantenido los tipos de interés de referencia anunciándose, en el primer caso, la finalización del PEPP en marzo de 2022 y, en el segundo, un recorte mayor de lo esperado en el programa de estímulo monetario.
Así como la posibilidad de que ya se pudiese producir elevación de los tipos de interés, especialmente en el caso norteamericano.