El trabajo no siempre es fácil. Plazos ajustados, conflictos entre equipos, clientes exigentes y decisiones complicadas forman parte del día a día en cualquier empresa. Y si trabajas en RRHH, sabes que gestionar talento también significa lidiar con los problemas de los demás, expectativas y momentos de alta tensión.
Entonces, ¿cómo evitar que el estrés se acumule y termine afectando la productividad, el clima laboral y la motivación hasta el punto de considerar cambiar de carrera profesional?
La respuesta, según este artículo de AEBYS, puede ser más sencilla (y efectiva) de lo que imaginas: el humor:
Lejos de ser un recurso superficial, el humor bien utilizado es una herramienta estratégica que ayuda a cambiar la perspectiva, reducir la ansiedad y fomentar una cultura organizacional más resiliente.
Los beneficios del humor según la ciencia
Algunas personas pueden pensar que el humor en el trabajo es inapropiado, especialmente en situaciones serias o cuando hay problemas importantes que resolver. Pero esa idea no solo es errónea, sino que contradice múltiples estudios sobre productividad y bienestar en el entorno laboral.
Usado con inteligencia, el humor no resta profesionalidad, sino que potencia la creatividad, la colaboración y la capacidad de afrontar los desafíos con una mentalidad más abierta y, además, también es una herramienta de control emocional fundamental.
De hecho, de acuerdo a un artículo de Psychology Today, la risa y el humor generan una serie de respuestas hormonales en el cuerpo y la mente que marcan la diferencia en la experiencia laboral diaria:
Reduce el estrés y la ansiedad
Cuando nos reímos, los niveles de cortisol, la hormona del estrés, disminuyen significativamente. La risa tiene un efecto relajante en el cuerpo, aliviando la tensión muscular y reduciendo la sensación de agotamiento mental.
Aumenta los sentimientos positivos y la motivación
La risa libera dopamina, la hormona del “bienestar”, que está directamente relacionada con el estado de ánimo y la motivación. Así, un equipo que incorpora el humor en su dinámica diaria, a parte de estar más contento, también experimenta un mayor nivel de energía y entusiasmo por lo que hace.
Mejora las relaciones y el trabajo en equipo
La risa induce la liberación de oxitocina, conocida como la “hormona del vínculo social”, que refuerza la confianza y la cercanía entre los miembros del equipo. Esto facilita la colaboración, mejora la resolución de conflictos y genera un entorno más cohesionado y productivo.
Aumenta la percepción de competencia y confianza
Otro aspecto relevante a tener en cuenta es que las personas que incorporan el humor en su comunicación suelen ser percibidas como más seguras de sí mismas y competentes.
En esta línea, un estudio publicado en el Journal of Applied Psychology concluyó que las personas que saben utilizar el humor adecuadamente generan mayor respeto y credibilidad dentro de sus equipos, mejorando su capacidad de influencia.
Facilita la adaptación y la resolución de problemas
El humor ayuda a cambiar la perspectiva ante los desafíos, permitiendo ver las dificultades desde un ángulo diferente. Regina Hartley, experta en gestión del talento, y de la que ya hablamos en este otro artículo, lo dice así: “el humor ayuda en los momentos difíciles, y la risa ayuda a cambiar la perspectiva”.
Y esa perspectiva es clave en entornos donde la presión y la incertidumbre forman parte de la rutina.
El humor y la resiliencia
Las personas más resilientes tienen algo en común: saben reírse de sí mismas y de las situaciones difíciles. No porque los problemas sean menos serios, sino porque entienden que tomarlos con humor les da margen para afrontarlos sin quedar atrapados en la frustración.
Cuando algo sale mal, hay quienes se quedan anclados en el error y quienes, con una sonrisa irónica, aceptan el golpe, lo analizan y siguen adelante. Y no es falta de responsabilidad ni evasión: es una estrategia de afrontamiento que permite procesar la adversidad con más claridad y menos desgaste emocional.
En el trabajo, esta mentalidad marca la diferencia
Un equipo que incorpora el humor en su dinámica diaria, a parte de aligerar la carga en momentos de tensión, también desarrolla una mayor tolerancia a la presión y una mejor disposición para la resolución de problemas.
La risa compartida crea un ambiente donde el estrés pierde parte de su peso y donde las personas pueden recuperar la perspectiva cuando la rutina amenaza con sobrecargarlas.
Además, el humor no solo ayuda a sobrellevar lo inesperado, también fortalece la capacidad de recuperación. En este sentido, un equipo que aprende a gestionar la incertidumbre con agilidad y sin dramatismo tiene más probabilidades de mantenerse motivado, afrontar los cambios con flexibilidad y evitar que la fatiga emocional se instale en la cultura de la empresa.
Cómo hacer del humor un aliado en el trabajo
Integrar el humor en el entorno laboral no significa convertir la oficina en un club de comedia. Se trata, más bien, de aprovecharlo como una herramienta para relajar tensiones, generar confianza y fortalecer el espíritu del equipo. Pero, como todo, tiene su arte.
Aquí te dejamos algunas claves para integrarlo con naturalidad y sin perder profesionalidad:
No hace falta ser el gracioso de la oficina, pero sí saber reírse
El humor más efectivo no es el que se fuerza, sino el que surge en el momento oportuno. No hace falta que conviertas cada reunión en stand-up, pero sí que permitas que la risa tenga su espacio.
A veces, un comentario espontáneo o una anécdota bien contada pueden cambiar el tono de una conversación y hacer que hasta los problemas más serios se gestionen con otra perspectiva.
El humor que suma es el que une
La risa compartida crea complicidad y refuerza los lazos entre compañeros. Eso sí, el humor que funciona en el trabajo es el que todos pueden disfrutar sin sentirse incómodos.
Evitar comentarios que puedan resultar ofensivos o excluyentes es fundamental para que la risa sume en lugar de restar. Apostar por anécdotas del día a día, situaciones absurdas o juegos de palabras suele ser una buena opción.
Una buena observación puede cambiar el ambiente
Por otro lado, un comentario ingenioso en el momento adecuado desactiva la tensión mejor que cualquier estrategia de gestión del estrés.
Según Aaker y Bagdonas, en su libro “Humor, Seriously”, una buena técnica es partir de una observación simple y darle un giro inesperado. Por ejemplo, sobre el teletrabajo.
El humor debe ser natural, no impuesto
Tampoco se trata de convertir el buen ambiente en una obligación ni de presionar a la gente para que sea graciosa. El objetivo es crear un clima en el que la risa surja de forma espontánea y se valore como parte de la comunicación del equipo.
Más risa, menos estrés, mejores resultados
El trabajo es importante, pero no tiene por qué ser una carga. Las empresas que entienden la importancia del humor y lo integran en su cultura organizacional logran equipos más comprometidos, creativos y resilientes.
Y en un mundo donde el estrés laboral y el burnout son cada vez más frecuentes, quizás la mejor estrategia para sobrevivir no sea trabajar más, sino aprender a reír un poco más.
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