Ferrovial, a través de su división de servicios medioambientales Cespa, es uno de los principales grupos líder en infraestructuras sostenibles, y con una fuerte presencia en el ámbito de la gestión de residuos y desarrollo medioambiental.
La transición hacia una economía circular y sostenible representa uno de los mayores desafíos que como sociedad y como sector afrontamos a futuro. Un cambio estructural que pasa por redefinir el crecimiento y disociarlo del consumo de materias primas, desarrollando el concepto de residuo a recurso y regenerando los ecosistemas y los modelos de obtención de recursos naturales.
Cespa ha puesto la economía circular en el centro de su hoja de ruta, estructurando toda su actividad alrededor de este nuevo concepto.
Para conocer más detalles de su posicionamiento en el sector medioambiental, hablamos hoy con Antoni Aliana, Director en Catalunya de la División de Medio Ambiente en CESPA/ Ferrovial Servicios.
¿Qué significa para Ferrovial Servicios/ Cespa el reto de la economía circular?
Para nosotros, la economía circular es el eje vertebrador de nuestras actividades y el elemento fundamental de nuestra estrategia. El concepto de economía lineal basado en un consumo ilimitado de recursos naturales está dejando paso a un modelo en el cual toda la cadena de valor del sector de residuos se orienta hacia la recuperación de materiales y a su reintroducción en procesos de producción.
Y esta nueva orientación está presente en toda nuestra cadena de valor de servicios medioambientales.
En primer lugar, la recogida de residuos urbanos está evolucionando hacia modelos de mayor complejidad en los cuales los datos de generación de residuos devienen un input fundamental del servicio. Sensórica en vehículos y contenedores, identificación de los usuarios en la generación en origen y generalización de la recogida selectiva son ejemplos de una doble tendencia en este ámbito: sofisticación e individualización de comportamientos.
En segundo lugar, las plantas e instalaciones de gestión de tratamiento de residuos están evolucionando hacia la incorporación de nuevas tecnologías de recuperación y de la industria 4.0, con la integración de sensores, robotización e inteligencia artificial.
Y, finalmente, el tercer eje y probablemente el más importante, es profundizar en la cadena de reciclado de los materiales; es decir, incrementando los porcentajes de recuperación, mejorando la calidad de los productos obtenidos e identificando nuevas vías de reutilización de estos materiales.
¿Qué palancas entendéis que son necesarias para un cambio de paradigma en la gestión de residuos y economía circular?
En nuestra opinión, dedicar más inversión a este sector es uno de los elementos fundamentales. Estos fondos deben fluir tanto hacia las plantas de tratamiento y de recuperación de materiales como en las flotas de vehículos y contenedores de recogida urbana.
Y para que esta inversión se produzca, debemos recuperar los modelos de colaboración público-privada que sirvieron en el pasado para construir las grandes infraestructuras del país y que deben servir ahora para adaptar estas infraestructuras a los nuevos retos. La capacidad de innovación del sector privado es muy elevada y necesita de políticas públicas que la pongan en valor.
La regulación en el ámbito de los residuos es también un elemento fundamental para el éxito de los nuevos modelos, no sólo a nivel económico, pero sobre todo para orientar los comportamientos ciudadanos hacia los nuevos objetivos de sostenibilidad. En este sentido, la nueva Ley de residuos, ahora en tramitación parlamentaria, o el desarrollo de los SCRAPS (sistemas de responsabilidad ampliada del productor) deben jugar un papel muy relevante.
Y, por último, la adopción de sistemas tecnológicos que automaticen los procesos de recuperación y que permitan asegurar una mayor calidad de los materiales obtenidos. Digitalización en el tratamiento de los datos e incorporación de sistemas de eficiencia de proceso en las plantas de tratamiento son ahora mismo dos elementos clave en el sector.
¿Cómo pueden aumentarse las tasas de reciclaje y la recuperación de materiales que tanto mencionas?
A cortísimo plazo, es imprescindible incrementar los porcentajes de recogida selectiva. Ello pasa por una mayor concienciación social pero también por la creación de incentivos que promuevan los comportamientos deseados.
Y no se trata sólo de mejorar cuantitativamente, pero sobre todo a nivel cualitativo, reduciendo los impropios que colocamos en los contenedores de selectiva y separando mejor.
Otro elemento fundamental es la recuperación de la materia orgánica, que es la fracción de mayor volumen y mayor peso, suponiendo un 35%-40% del residuo municipal. Es imprescindible intensificar los esfuerzos para recuperarla en todos los
municipios, promoviendo modelos de recogida puerta a puerta, allá donde sea posible, y estableciendo también incentivos (vía descuentos en las tasas municipales) para aquellos ciudadanos que reciclen bien.
Finalmente, hay que conseguir separar y recuperar aquellos residuos que hoy no tienen una salida clara y que suponen fracciones crecientes. Es el caso del residuo textil, cada vez mayor en nuestros contenedores o de los plásticos tipo PEAD o film, con poca salida.
Los volúmenes de residuos que generamos cada vez mayores y claramente la reducción en la generación es uno de los objetivos. ¿Cómo puede reducirse el volumen de residuos que acaba en vertedero?
Así es. La reducción del volumen de residuos que terminan en vertedero es uno de los mandatos de la UE a los países miembro. Y este objetivo ya está fijado en un máximo del 10% de los residuos que generamos para el 2035.
Ahora mismo estamos lejos de este porcentaje, pero todo el desarrollo de la economía circular pretende contribuir de forma decisiva a este reto.
En paralelo, sería necesario el desarrollo de instalaciones de valorización energética para acelerar el proceso y poder alcanzar el objetivo planteado, del mismo modo que han hecho los países del centro y norte de Europa. Colocar residuos en los vertederos españoles aún sale demasiado barato y, por tanto, es imperativo una generalización del modelo de canon de vertido en toda España, de un modo análogo al que se ha desarrollado en Cataluña desde la Agencia Catalana de Residuos, con objeto de desincentivar el deposito controlado como tratamiento finalista.
La tecnología de la que se dispone hoy en día para el desarrollo de plantas de valorización energética es mucho más eficiente que la original y, al mismo tiempo, la combinación de tecnologías que hoy en día se integran en paralelo van a convertir a estas plantas en actores esenciales de la economía verde del futuro.
¿Cómo veis desde Cespa las nuevas opciones de valorización de bioresiduos, como el biometano o la conversión en bioproductos de alto valor, o el reciclaje químico del plástico?
Estas opciones son vectores claros de crecimiento. El hecho de disponer de las instalaciones de tratamiento y el acceso a los flujos de residuos nos colocan en una situación privilegiada para aprovechar al máximo las potencialidades de los residuos urbanos e industriales.
Hemos lanzado ya proyectos para hacer un upgrading del biogás de vertedero e inyectarlo directamente en la red de distribución de gas natural en carácter continuo. Es el caso del proyecto firmado en el vertedero de Can Mata (Els Hostalets de Pierola) para garantizar un suministro de gas verde en los próximos 10 años.
Pero también estamos desarrollando proyectos de reciclaje químico de los plásticos recuperados para convertirlos en biocombustibles o bioaceites utilizables en la industria. Este tipo de proyectos tratamos de abordarlos en entornos colaborativos, aprovechando al máximo el conocimiento y las habilidades de los tecnólogos y de la propia industria química.
Como director de la División de Medio Ambiente en Catalunya, ¿Cuáles son sus principales retos de futuro?
Tenemos planes de desarrollo en muchos frentes. En el ámbito de la recogida urbana, estamos evolucionando hacia modelos sofisticados de gestión del servicio a través de la digitalización y la electrificación de la flota, con el reto de ser más sostenibles. Estamos invirtiendo en sistemas de contenedores avanzados, con sensórica, identificación de usuarios y discriminación de tarifas en función del comportamiento del usuario. Estamos profundizando en la mejora de los sistemas de recogida selectiva y en la recuperación de la materia orgánica.
En el ámbito de las plantas de tratamiento, estamos implementando planes de adecuación tecnológica adaptada a cada una de ellas y diseñando las plantas del futuro. Estamos promoviendo cambios en los ecoparques para tratar de recuperar más y mejores materiales, incorporando modelos integrados de gestión que nos permiten dar un tratamiento más personalizado a cada flujo de materiales.
Vamos a seguir invirtiendo en modelos de economía circular, en el desarrollo de plantas como la que tenemos en Les Franqueses del Vallés, una de las mayores de España destinada a la recuperación del plástico PET reciclado, o en plantas de recuperación de otros plásticos o de aluminio para la industria de la producción de envases.
Desde Cespa vamos a liderar el modelo de transformación del sector residuos desde un modelo lineal hacia un modelo circular, aportando la inversión y el conocimiento necesarios para afrontar los retos del futuro, y que permita afrontar como sociedad la necesidad de un desarrollo sostenible.
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